Aquí fue donde Amy Winehouse debutó en 2007. La que poco después se convertiría en la reina del soul y que arrasaría en los Grammy de 2008 con cinco premios. El apellido Winehouse vuelve a ese lugar pero por una causa diferente. La fundación que los padres y el hermano de la cantante crearon después de su muerte busca ayudar a gente joven enferma o con problemas con las drogas y el alcohol. Algo que conocen muy de cerca ya que fue la razón por la que perdieron a su hija el pasado mes de julio.