Abusos
Mundos sensibles
En 2017 hemos asistido a la mayor campaña jamás vista de denuncias de mujeres célebres acerca de cómo fueron utilizadas sexualmente
Mis tías abuelas maternas tocaban el piano y el arpa. En su casa de la Pobla de Cérvoles organizaban veladas musicales en las que chicos y chicas se repartían diversos instrumentos, excepto mi bisabuela Cecilia, que cantaba. A medida que se fueron casando y teniendo hijos, abandonaron la afición, menos mi abuelo, que a diario pasaba horas sentado al piano y soñaba con tener nietos pianistas. En una casa donde suena música sin parar, de La Cumparsita a las sonatas de Bach, los niños juegan mejor. Aun así, siempre me preguntaba acerca del virtuosismo musical de los Camprubí, de cómo en el culo del mundo se habían refugiado entre acordes y diapasones, a pesar de la guerra, de las nieblas espesas del invierno o de las malas cosechas...
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