Las aguas volvieron este sábado a su cauce en Medina del Campo, la localidad vallisoletana que el escultor zamorano Ricardo Flecha ha llevado a los medios de comunicación nacionales con la creación de «Cristo en brazos de la Muerte», grupo inédito en la iconografía de la Pasión española, con la peculiaridad de la total desnudez de un Jesús abrazado por la Parca. Los responsables de la Semana Santa medinense optaron por colocar el paño de pureza que Flecha obvió en la escultura original, para estrenar la obra en la magna procesión que festejaba el sexto centenario de las procesiones locales.

Con el escultor zamorano entre el público, Medina recreó todos sus desfiles en uno solo, prólogo de la inminente Semana Santa. La polémica y el desencuentro con el que la localidad acogió la nueva incorporación dieron paso al silencio, actitud con la que los fieles medinenses -acompañados por algunos devotos zamoranos- recibieron la nueva escultura, que cerraba el cortejo extraordinario. A última hora de la noche, con la procesión ya cumplida, «Cristo en brazos de la Muerte» regresó al centro temático «Huellas de Pasión», donde se exhibirá de forma permanente en un lugar destacado. Eso sí: Aquí, sin paño de pureza, totalmente desnudo. Precisamente la estampa que originó el debate dentro y fuera de la villa.

La jornada fue una fiesta popular y devocional en Medina del Campo. Cientos de vecinos salieron a la calle para organizar el magno desfile, compuesto por las imágenes titulares de las ocho cofradías de la localidad, amén de la obra del escultor zamorano. En una ciudad engalanada por reposteros, la procesión acudió a los distintos templos religiosos para incorporar cada una de las imágenes de la Pasión, con el fin de narrar el Evangelio en la calle. Faltaba la escena que cerraba la marcha y, tras la Virgen de la Soledad, procedente del centro San Vicente Ferrer aparecía la singular composición recién incorporada.

Con ella, se acumularon las excepciones. Si los grupos precedentes fueron empujados a ruedas por los cofrades, «Cristo en brazos de la Muerte» desfiló a hombros, en unas andas ornamentadas por dos teas y un gran centro floral a los pies de la escultura. Miembros de todas las cofradías de Medina, hombres y mujeres, se repartieron la carga en plena celebración de los 600 años de la Pasión local.

El caldo de cultivo generado las semanas previas con la total desnudez del Cristo de Flecha fue diluyéndose hasta escenificar, el sábado, la plena comunión entre la original creación iconográfica y los propios fieles medinenses. El motivo: el paño de pureza. Flecha había despojado a Jesús de su acostumbrada prenda en un ejercicio personal de «innovación» y «búsqueda» de una «nueva imaginería». El experimento quedará en el interior del centro temático de Medina, después de que el propio escultor modelara en poliéster un paño de «quita y pon». La puesta en escena en las calles de la localidad vallisoletana sirvió para bautizar «Cristo en brazos de la Muerte» entre lo mejor de la creación de Ricardo Flecha. De momento, ha puesto en el mapa la Pasión medinense.