Miles de personas han disfrutado en las calles de Toro del desfile de carros engalanados, con el que los toresanos han recreado a la perfección la vendimia de otras épocas.
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La amenaza de lluvia no restó afluencia a un desfile que, con el paso de los años, se ha convertido en el acto principal de la Vendimia.
Cerca de 50 carros tirados por burros y adornados con canastos cargados de uvas y decorados con los alimentos típicos del almuerzo de los vendimiadores participaron en el desfile, que fue amenizado con música, aunque a la fiesta también se sumaron grupos de baile tradicional.
Durante el desfile, el numeroso público que abarrotó las calles del recorrido también pudo admirar las cestas repletas de embutido, queso, torreznos o dulces que, en otras épocas, saciaban el hambre de los vendimiadores, tras una larga jornada en la viña.
A lo largo del recorrido, los participantes en el desfile, vestidos con el atuendo característico de los vendimiadores, repartieron vino y viandas entre el público que, un año más, pudo apreciar la implicación de los toresanos a la hora de exaltar la vendimia tradicional.
El desfile ha clausurado una fiesta que, con el paso del tiempo, se ha consolidado como una de las más importantes y participativas de la ciudad.