Mejores toreros que animales en la corrida de San Agustín en Toro

A las seis de la tarde, bajo un asfixiante calor, dio comienzo en Toro la corrida organizada con motivo de las fiestas de San Agustín, en la que Curro Díaz, El Fandi y Manuel Diosleguarde lidiaron toros de la ganadería andaluza de Gregorio Garzón.

Curro Díaz cuajó una meritoria faena al primero de su lote, un animal noble pero excesivamente falto de fuerza que flaqueó desde la primera tanda. Díaz lo mantuvo con tandas bien ejecutadas a media altura hasta que el toro dijo basta. Una estocada caída al tercer intento le dejó sin premio. Aplausos para el torero y pitos para el toro.

Grandes pitones por las calles de Toro

El Fandi dejó buenos momentos con el capote en el segundo de la tarde, un ejemplar con más fuerza que el anterior que el granadino no supo aprovechar en la muleta. Nunca acabó de acoplarse en la faena con un animal que al final se volvió imposible. Una estocada desprendida pasaportó a su enemigo. Oreja para el torero y silencio para el animal en el arrastre.

Lo mejor de la primera parte de la corrida corrió a cargo de Manuel Diosleguarde, que cuajó una buena faena a su primer toro, el que más fuerza tuvo hasta ese momento. El joven matador de toros tuvo momentos de brillantez durante la faena de muleta, donde no dió más porque el toro no pudo más. Mató tras un pinchazo y cortó una oreja.

El cuarto de la tarde dejó pocos momentos para el recuerdo. Curro Díaz no brilló en el capote y el tercio de muleta no fue especialmente brillante, con un animal de poca fuerza y entregado desde momentos tempranos de la lidia. Lo mejor fue la estocada, que de por sí valió la oreja.

El quinto fue el mejor toro de la tarde, aunque acabó la faena adoleciendo del mismo defecto que sus hermanos, una alarmante falta de fuerza. Le exigió El Fandi, lucido como siempre en el tercio de banderillas y luciendo su concepto del toreo con la muleta, sin exigir en demasía al animal. Una buena estocada le valió las dos orejas y su salida a hombros de la plaza.

Diosleguarde estuvo por encima del sexto de la tarde, un anovillado ejemplar de Gregorio Garzón deficientemente presentado. Con todo, buenos momentos del joven torero en su faena de muleta. Mató a la segunda después de dejar una estocada haciendo guardia en su primer intento. Una oreja le hizo acompañar a hombros a El Fandi.

En resumen, corrida falta de fuerza la que ayer se pudo presenciar en Toro, con los toreros en general por encima de los animales y con buenos momentos puntuales, sobre todo a cargo del más joven de los tres matadores.

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