Toro: Un lustro sin Jesús López Cobos

El legado del director de orquesta perdura cinco años después de su muerte, en los que Toro ha evocado su recuerdo con un festival de música clásica

Jesús López Cobos, en un concierto con la OSCyL

Jesús López Cobos, en un concierto con la OSCyL / Cedida

Fue uno de los mejores directores de orquesta del mundo, pero también un hombre humilde y cercano que siempre se sintió orgulloso de sus raíces toresanas.

Jesús López Cobos falleció en Berlín el 2 de marzo de 2018 y la confirmación de tan triste pérdida conmocionó a una ciudad en la que dejó una profunda huella personal y en la que su intachable trayectoria profesional despertó la admiración de los alumnos de la Escuela de Música o de integrantes de formaciones musicales toresanas para los que, desde la infancia, el maestro fue su gran referente.

Después de cinco años, el recuerdo de López Cobos sigue vivo en Toro gracias, en parte, al Festival Internacional de Música Clásica, que cada mes de septiembre organiza el Ayuntamiento para rendir un homenaje y ensalzar el valioso legado del toresano más ilustre y universal que, además, eligió descansar para siempre en el monasterio del Sancti Spíritus.

Una loseta adornada con una clave de sol y una sencilla placa en la que se puede leer, "D. Jesús López Cobos 1940-2018", identifican el lugar elegido en el claustro del convento toresano para el descanso eterno del maestro.

Cinco años después de tan triste pérdida, los toresanos recuerdan con emoción las visitas que López Cobos realizó a la ciudad, en las que siempre se interesaba por las necesidades de la Escuela de Música que lleva su nombre, aunque también colaboró en conciertos en los que no dudó a la hora de, batuta en mano, dirigir a la Banda La Lira o a La Rondalla.

Aunque el maestro dejó una profunda huella en muchos músicos, el director de orquesta toresano, Ángel del Palacio, fue uno de sus alumnos en la Universidad de Alcalá de Henares, experiencia de la que recuerda que "sus explicaciones siempre fueron muy pedagógicas".

Un lustro sin Jesús López Cobos

Sepultura del maestro en el claustro del monasterio del Sancti Spíritus de Toro / M. J. C

Para Del Palacio, que López Cobos "nos dejara tan pronto fue una pena", porque todavía tenía mucho que "aportar". Además, recomienda evocar su recuerdo con el visionado del documental dirigido por Cristina Otero, "Música en las manos", que también deja al descubierto la personalidad del maestro, marcada por "el pensamiento germano y un corazón español incomprendido, primero con la Orquesta Nacional de España y, al final de su carrera, como director titular del Teatro Real", matizó Del Palacio.

Orígenes

López Cobos nació en Toro el 25 de febrero de 1940 y, aunque tan solo vivió seis años en la ciudad, nunca renegó de sus orígenes y siempre exigió que los programas de mano de los numerosos conciertos que dirigió reflejaran en su biografía sus raíces toresanas.

La gran afición musical de sus padres fue clave para despertar en López Cobos el interés por la música y, aunque cursó estudios de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, no renunció a su sueño y decidió formarse en dirección coral y orquestal en la Academia de Música de Viena.

Además de dirigir a las orquestas más importantes del mundo, el maestro fue distinguido con destacados reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes que recibió en 1981; la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes concedida en 2001 o el Premio Castilla y León de las Artes, que recogió en 2012, al margen de otras distinciones concedidas en Alemania o Francia por su excelencia en la dirección musical.

Aunque estos premios sirvieron para reconocer su dilatada trayectoria profesional, una de las distinciones que más emocionó al maestro fue su reconocimiento como Hijo Predilecto de Toro en 1984.

En septiembre de 2018, Toro concedió, a título póstumo, la Medalla de Oro de la ciudad a su vecino más universal, cuyo recuerdo sigue muy presente después de cinco años de una emotiva e inolvidable despedida.

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