La cofradía de la Virgen del Canto de Toro ha instado al Ayuntamiento a que reponga un sumidero que fue eliminado tras la ejecución de una intervención en la calle Canto, en la que se enclava la ermita de la Patrona, para erradicar, de forma definitiva, el problema de humedades que ocasiona daños en el templo. La presidenta de la hermandad, Inmaculada Guerra, destacó que el problema de las filtraciones a la ermita era uno de los puntos del orden del día de la asamblea que, cada año, se celebra el 15 de agosto, pero que finalmente ha sido suspendida por la necesidad de evitar concentraciones numerosas de personas por la pandemia del COVID. No obstante, recordó que el problema de humedades persiste y que, en principio, tiene su origen en que un sumidero que el Ayuntamiento ha adecuado en las inmediaciones del templo, por sus reducidas dimensiones, es insuficiente para recoger las aguas pluviales, lo que ocasiona las filtraciones a los muros de la ermita.

El problema se remonta a la última intervención acometida en la calle Canto por la que fueron suprimidos dos sumideros y que cumplían la función de evacuar el agua de lluvia. Aunque la cofradía solicitó al Ayuntamiento que repusiera ambos sumideros, finalmente tan solo se ha colocado uno y que, según expertos consultados por la cofradía, es insuficiente para recoger las aguas pluviales y frenar las filtraciones a los muros. Los problemas de humedad, como reconoció Guerra, se han agravado en los últimos meses en los que, por el confinamiento, el templo permaneció cerrado durante “mucho tiempo”, lo que ha ocasionado la aparición de “desconchones” en las paredes. Una vez recuperado el culto, la situación “ha mejorado” por la ventilación del templo y la cofradía espera que las paredes “se sequen” para ejecutar reformas, siempre y cuando el Ayuntamiento atienda su reclamación. Por otra parte, Guerra destacó que, aunque ha sido suspendida la asamblea anual de la cofradía, la ermita acogerá este sábado a las 11.00 horas la misa por los difuntos de la cofradía y la corte.