Las transacciones de viviendas en España aumentarán casi un 12% cuando finalice el año 2018 respecto al curso anterior y superará las 600.000 operaciones, cifra récord desde que se iniciara la crisis inmobiliaria en nuestro país, de acuerdo con el último informe sobre el mercado inmobiliario elaborado por Servihabitat, el "servircer" (sociedades encargadas de gestionar las grandes carteras inmobiliarias e hipotecarias de los bancos) participado por Caixabank. El estudio llega incluso a decir que en 2019 la tendencia continuará al alza y podría alcanzar las 632.000 operaciones de compraventa.

Por su parte, los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento, relativo a los movimientos del tercer trimestre de este 2018, señalan que el número de contratos inmobiliarios firmados creció un 10% respecto al mismo periodo del pasado ejercicio. Es por tanto claro y evidente que el mercado inmobiliario español comienza a recuperar fuerzas tras el fuerte batacazo sufrido a raíz de la crisis de 2008.

No obstante, esta revitalización es mucho más palpable en las zonas urbanas, especialmente en las ciudades más pobladas del Estado, que en los pequeños núcleos poblacionales como las zonas rurales o las pequeñas capitales de provincia. Por ejemplo, en Zamora durante el tercer trimestre del presente año la compraventa de viviendas se redujo casi un 16% (con tan solo 66 operaciones) respecto al mismo periodo de 2017 (cuando se cerraron un total de 79 contratos de compraventa).

El caso de Toro es un ejemplo más de cómo este aire revigorizante que azuza al mercado inmobiliario se circunscribe principalmente a los grandes núcleos poblacionales. En la ciudad de Doña Elvira durante el tercer trimestre del año, el correspondiente a los meses de julio, agosto y septiembre, se llevaron a cabo 13 operaciones inmobiliarias (todas ellas correspondientes a residencias de segunda mano); un 13,4% menos que en septiembre de 2017, cuando el municipio registró 15 intercambios de propiedades habitacionales (11 de ellas de segundo uso).

Asimismo, el número de operaciones realizadas en Toro ascienden a 46 hasta el mes de septiembre, lo que se traduce en un 6,2% menos que durante el mismo periodo de 2017, cuando se firmaron 49 contratos de compraventa.

Todo este maremágnum de cifras indica que, aunque al ralentí, el mercado inmobiliario en el municipio zamorano persigue una tendencia similar a la registrada el pasado ejercicio. No obstante, con guarismos anuales que no superan las 80 operaciones (78 en 2017) Toro se encuentra lejos de la actividad inmobiliaria de épocas precrisis, cuando el sector podría llevar a cabo hasta 163 transacciones en un año (2008). La firma de contratos de compra comenzó a mermar hasta caer por debajo de la centena de operaciones en el año 2012 (53 transacciones). Desde entonces, la compraventa ha variado, aumentando y mermando pero sin recuperar las estadísticas anteriores a 2012: en 2013, 100 viviendas cambiaron de propietario; 2014, de nuevo las ventas decrecieron hasta las 49 operaciones, para volver a aumentar en el siguiente curso hasta las 78 y finalmente retroceder un 17% en el 2016 hasta las 65 transacciones. El pasado año la ciudad registró un total de 78 ventas de viviendas.

La depauperación de las condiciones económicas sufrida durante la última década por el conjunto de la sociedad, los (todavía) altos precios de los vienen inmuebles y la continúa sangría poblacional que viven las zonas rurales de la provincia zamorana no dibujan un horizonte muy halagüeño para el mercado inmobiliario, que difícilmente -con estos condicionantes- podrá recuperar las cifras registradas durante los primeros años del siglo XXI.