Luis Segovia Lorenzo rememora en esta entrevista su vida ligada al viñedo, que heredó de su padre y de su abuelo y ha legado a sus hijos.

- Su bisabuelo inició el cultivo de las viñas en su familia...

-Sí, para mí era el grande en conocimiento de las viñas y del vino, y así fue también mi abuelo, así fueron mis tíos, y yo he seguido con su misma ilusión, renovando y haciendo cosas nuevas, porque nos tenemos que adaptar a las cosas nuevas que vienen, como en el hecho de poner el viñedo un poquito más junto para que las cepas no se hagan tan grandes y tengan mejor maduración.

-¿Cómo era su bisabuelo?

-Yo estoy muy ilusionado con hablar con gente que pudo conocerlo porque hizo de hombre bueno en el pueblo. El hombre bueno era el que hacía entenderse a los que reñían, sin tener que llegar a juicio. Por ejemplo, los padres nunca querían repartir su herencia para que no dijera nadie que favorecían más a un hijo que a otro, y tan sabio era el Tío Domingón, que iba a su casa, con su petaca, puesto que fumó hasta los 99 años, y se sentaba y decía: "mientras no se acabe la lumbre y la petaca, yo resisto, pero de aquí salgo cuando os haya arreglado", y hasta que no hacía firmar a los hijos no se iba. Todo lo quería arreglar con paciencia y con palabras.

-¿Sus hijos continúan con la tradición?

-Así es, tengo tres hijos incorporados a esto, y tengo otro hijo, que es el que lleva el viñedo en la Bodega Arzuaga Navarro, de Ribera del Duero.

-Su conocimiento del viñedo comenzó cuando era pequeño, ¿no es cierto?

--Sí, yo crecí entre las viñas, porque me crié con mi abuelo, que tanto él, con 96 años, como mi bisabuelo, con 99, llegaron a ser los más viejos del pueblo.

- ¿Cree que conocer las viñas desde pequeños es la mejor manera de aprender este oficio?

-Sí, las mejores lecciones se dan en el viñedo. Mi abuelo ya marcaba con los bueyes las líneas para plantar las viñas, y esto era un arte hace 80 años. Yo todavía lo vi, con 70 años, decir a un hijo "déjame a mí, hijo, que yo todavía lo puedo hacer regular". Nosotros somos los primeros de Castilla que nos hemos dedicado a plantar, no sólo aquí, sino que también, por ejemplo, un hermano mío ha estado plantando para Segura Viudas en Cataluña. Yo calculo que llevamos plantados unos siete millones de plantas, hemos vivido los mejores años de las plantaciones, en los que teníamos hasta tres cuadrillas, y hemos perfeccionado tan bien los aperos que ahora llegamos a plantar mil cepas a la hora, por lo que muchos días plantamos de 5.000 a 7.000 cepas.

-Y respecto a su bodega...

-Tenemos una bodega propia, que se llama Bodega Luis Segovia, y los vinos son el "Tío Domingón", en honor a mi bisabuelo, y el otro es "Fuente de Enau", que hace referencia a una fuente que era como un destacamento donde paraban los militares antiguamente, cuando se movían con los caballos, y en esta zona es donde tenemos el mayor viñedo, que tiene un prestigio enorme.

- ¿Cuántas hectáreas tiene?

-En este viñedo hay 70 hectáreas, que miran totalmente al mediodía, con una tierra arenisca ligera, y el clima tiene un privilegio en esa zona, porque si llueve mucho, el agua que le sobra, se va, pero si la necesita, la chupa enseguida, por eso es una zona fenomenal y el viñedo da un fruto de altísima calidad.

-¿Tienen alguna otra plantación?

-Sí, tenemos dos en otra parte de cinco hectáreas, de otras variedades antiguas, como la Malvasía, la Garnacha, que son las que están en extinción, se puede decir. Y la Tinta de Toro, que realmente es Tempranillo.

-Entonces, ¿la Tinta de Toro no es una variedad diferente de uva?

-No, cuando se empezó a hablar de la Tinta de Toro había algún listillo que creía que esa Tinta había caído del cielo y había nacido aquí de una manera rara, pero eso era todo mentira, la diferencia de esta Tinta con la de Ribera del Duero, la de Rioja, o Francia, o de otros lados, es que nosotros tenemos un clima muy duro, y además la viña aquí no ha sufrido la filoxera, por lo que la uva se ha adaptado a esta zona durante 500 o 1.000 años.

- ¿Y cuál es la diferencia concreta?

-La principal diferencia que no se hace el grano tan gordo como en Ribera del Duero o en otros lados, donde llueve dos o tres veces más que aquí; en cambio, nosotros ganamos mucho en taninos y en riqueza, porque al ser la uva más pequeña, el envoltorio de la uva tiene muchos más taninos y tiene mucho más color, que es de donde sale el color a la hora de hacer el vino, de ahí que siempre se ha dicho que el vino de Toro es el más negro que existe, pero es por esto, no por ser una hermana de otra raza.

- Por tanto, la diferencia principal la confiere la adaptación al sitio...

- Sí, porque según unos escritos que he encontrado en Salamanca de Cristóbal Colón, hay un documento en el que Colón le daba las gracias a un catedrático de Salamanca por haberle recomendado el tinto de Toro, y la frase auténtica era ésta: "muchas gracias le doy a usted por su consejo, el vino que usted me recomendó de Toro no ha llegado mareado", y esto quiere decir que si cuando Cristóbal Colón el tinto de Toro estaba reconocido que podía atravesar los mares y subir a las montañas, quiere decir que las uvas tenían una diferenciación con las de otras zonas, pero cuando ahora se va a hacer la muestra de vinos a otras partes no se puede decir que es la Tinta de Toro, hay que decir que ese vino está elaborado con Tempranillo.

- Lo que hace única a esta uva, entonces, son las características que adquiere...

- Eso es. Este año hemos tenido hasta 45 grados y cinco meses sin llover ni una sola gota, y eso quiere decir que la cepa que resista va a estar ahí para toda la vida. Y hay una cosa muy curiosa, y es que yo he visto al lado del viñedo nuevo que tenemos, en unos pinares que tienen aproximadamente 90 años, que hay cepas en el medio que quedaron de cuando aquello fue viña, así que las arrancaron, pero han resistido. Y no se puede pensar que la cepa es una planta piadosa para los demás, porque cría las uvas para ella, yo he visto todos los años que cuando tiene necesidad y agotamiento, empieza a comer a sus propios hijos para no morirse. Así, este año hemos comentado que desde mediados de septiembre la uva ya no subiría de peso ni un gramo, puesto que, por la sequía, ya estaba la cepa empezando a comer de las uvas.

17 de febrero de 1935 (Morales de Toro)

Luis Segovia Lorenzo siempre ha vivido en Morales de Toro, y se siente orgulloso de ello, «no he salido nunca de mi pueblo», asegura. Es el propietario de la Bodega Luis Segovia, en la que se elabora el vino "Tío Domingón", que lleva este nombre en honor a su bisabuelo, de quien procede la tradición vitivinícola de su familia. Este bodeguero ha mamado la viña desde bien niño y ha aprendido de sus antecesores todos los secretos. Todavía recuerda cómo su abuelo marcaba las líneas de la viña con los bueyes. Cultiva 70 hectáreas de viñedo, con una tierra arenisca ligera y no renuncia a variedades antiguas como la Malvasía o la Garnacha.