El Plan de Urbanismo y el Plan especial del casco Antiguo de Toro serán aprobados la próxima semana en pleno, según anunció el concejal de Urbanismo, Fernando Caballero. Con esta revisión se pretende adaptar el ordenamiento urbanístico de la ciudad a la actual legislación autonómica, que ha sufrido diversas modificaciones derivadas de la variación de la normativa estatal, lo que ha prolongado el proyecto durante dos años. Así se abrirá un procedimiento administrativo en el que se busca la participación ciudadana por medio de alegaciones, posibles mejoras o sugerencias, que deberán presentarse dentro del plazo de exposición pública.

Para la redacción de este documento se ha realizado un amplio estudio previo de la realidad social, cultural, física, medioambiental y económica de la ciudad, que ha constituido la base sobre la que se ha elaborado la diferente cartografía, «diseñando un modelo de ciudad que, sin romper con el esquema originario, pretende favorecer un crecimiento sostenido», explicó Caballero. Tras este informe se redactó un Documento de Referencia con el fin de recoger diversos informes medioambientales de administraciones, asociaciones sindicales, ecologistas, universidades... lo que culminó con la aprobación de este Documento por parte de la Consejería de Medio Ambiente.

Finalmente se ha redactado una normativa urbanística para la ciudad de Toro y su término municipal. «El nuevo Plan General recoge varios documentos normativos y una exhaustiva planimetría reguladora de las más de 33.000 hectáreas que componen el término municipal de Toro», aclaró el edil popular.

El siguiente paso es la aprobación inicial del documento, tras la que se abrirá un periodo informativo, tanto administrativo como vecinal. Para facilitar esta información se ha previsto un periodo de exposición pública de dos meses, de modo que todos los interesados puedan examinar la documentación normativa y gráfica. Dicha consulta se podrá realizar en una página web que se dispondrá para tal efecto «y que se dará a conocer en breve», aseguró el concejal de Urbanismo. Además, se ha proyectado también una exposición en una sala de la Casa Municipal de Cultura, en la que se hallarán disponibles diferentes paneles explicativos, junto con la documentación existente. Durante el tiempo que permanezca esta exposición «el equipo redactor del Plan y los servicios técnicos municipales estarán a disposición de los ciudadanos para aclarar cualquier duda que pueda surgir», afirmó Caballero, al igual que se ofrecerá la posibilidad a los ciudadanos de presentar sugerencias o alegaciones mediante un modelo genérico.

Además, para conseguir la conformidad sobre el modelo propuesto de desarrollo, al mismo tiempo se solicitarán diferentes informes de otras administraciones, tanto sobre el nuevo planeamiento como sobre el informe de sostenibilidad ambiental, que también mostrarán su incidencia sobre infraestructuras públicas generales (carreteras, canales, ferrocarril, cauces y riberas, líneas eléctricas, gasoductos...), su adaptación a la normativa de protección del patrimonio cultural y su «afectación o no sobre el medio natural».

Después de estos trámites se estudiarán y responderán las alegaciones presentadas, y se decidirá si son incorporadas a las determinaciones del nuevo PGOU. Más tarde, el documento que resulte se someterá de nuevo a la aprobación provisional del Pleno Municipal. Por último, el documento aprobado se remitirá a la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León para su aprobación definitiva por la Comisión de Urbanismo.

Este nuevo documento tiene justificada su conveniencia, desde un punto de vista legal, por una triple perspectiva, basada en tres necesidades: la de crear para la ciudad un documento de planeamiento adaptado a la legalidad vigente, la de ordenar el término municipal y la de «adecuarse a las determinaciones establecidas por las legislaciones sectoriales vigentes, entre las que destacan las determinaciones para los ámbitos catalogados».

Teniendo esto en cuenta, los propósitos fundamentales del nuevo Plan General son hacer de Toro un núcleo de referencia en el sector agroalimentario, la apuesta por el desarrollo y la implantación de energías renovables, y la revalorización de su patrimonio artístico y cultural. Para la consecución de estos fines, el PGOU cuenta con la observación de determinadas acciones, como la elaboración de una normativa que facilita la instalación en el término municipal de bodegas y empresas relacionadas con los productos agrícolas y ganaderos, lo que también favorece la creación y mantenimiento de puestos de trabajo ligados a este sector. Paralelamente, también apuesta por el suelo industrial, mediante la creación de dos grandes ejes a través de la carretera de Pozoantiguo y la carretera de Tordesillas.

Por otra parte, se procura mantener el crecimiento residencial en la avenida de Tagarabuena y en la carretera de Medina de Rioseco. También se reducen muchos sectores de suelo urbanizable para favorecer su desarrollo y una «nueva planificación de las actuales unidades de actuación en unidades de normalización y urbanización», precisó Caballero, con lo que se pretende incrementar la oferta de suelo urbano y así abaratar el precio de la vivienda. Esto es, «no se crean nuevas zonas urbanizables fuera de los ejes existentes, sino que se facilita su gestión y su utilidad como integradores de la malla urbana».

En otro sentido, se busca la creación de grandes espacios de comunicación mediante rondas exteriores por la zona norte, ejes de comunicación a través de la ZA-713 (carretera de Pozoantiguo), la ZA-712 (Avenida de Tagarabuena) y la ZA-705 (Carretera de Medina de Rioseco), «vinculación de cesiones de equipamientos en la zona circundante al polideportivo municipal para su futura ampliación», y creación de un gran paseo junto a la cornisa del Duero, principalmente en las zonas sureste y este de la ciudad.

Además, también es importante la protección del patrimonio cultural, por lo que se actualizará el inventario de inmuebles protegidos y de los entornos de los Bienes de Interés Cultural (BIC), así como la protección de las muestras de arquitectura popular, dentro de las que se van a incluir «como novedad», apuntó Caballero, las bodegas del casco urbano y las fuentes del término municipal, para su conservación. Y en consonancia con esta medida, también se protegerán zonas de gran valor natural con el fin de evitar su degradación, como las barranqueras, las márgenes del Duero y las áreas boscosas de pinares y encinares, al igual que otras lagunas y márgenes de ríos y arroyos menores.