Reportaje

Paseos que curan

La sonrisa de Carmen es una de las tantas que atesora el proyecto 'Paseos que curan', puesto en marcha hace ocho años en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba para mejorar la estancia de los pacientes críticos y acelerar su recuperación. Una herramienta terapéutica y humanizadora, avalada científicamente, cuyo ejemplo se replica en otros países

Carmen, paciente de la UCI, durante una de las salidas al exterior, acompañada por el personal sanitario.

Carmen, paciente de la UCI, durante una de las salidas al exterior, acompañada por el personal sanitario. / Rafael Sánchez Ruiz

Olga Pérez Barbero

Carmen lleva tres días en la  Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tras una intervención  oncológica, y su rostro se transforma. La acaban de bajar  en su cama a los jardines del Hospital San Juan de Dios de Córdoba y es la primera vez que sale al exterior desde entonces. Aunque está siendo un verano especialmente caluroso, la sombra de los pinos de la plaza principal del centro  contribuye al frescor de la mañana y a que la sonrisa  de Carmen se instale en su cara durante todo el paseo.

¡Quién me iba a decir a mí, que, a mi edad, iba yo a vivir esta experiencia tan maravillosa en un hospital!",  exclama la paciente mientras uno de los enfermeros  que la acompaña le ayuda a ponerse sus gafas de sol.  Carmen forma parte de ese nutrido grupo de pacientes críticos que lleva ocho años recibiendo el contacto con la naturaleza como tratamiento y elemento esencial de su recuperación durante su ingreso en la UCI de este centro de la Orden Hospitalaria. Y es que desde que en septiembre de 2015 se decidiera bajar al primer paciente de la UCI a los jardines de este hospital como terapia, el proyecto bautizado como Paseos que curan ha crecido y evolucionado hasta el punto de recibir numerosos reconocimientos tanto de sociedades científicas como de aquellas que promueven la humanización de los cuidados. 

Los “resultados impactantes” de esta iniciativa están avalados por un estricto protocolo, que se actualiza periódicamente —ya cuenta con seis revisiones—, y por diferentes publicaciones científicas que ponen de manifiesto cómo estos paseos influyen positivamente no solo en la recuperación de los pacientes críticos, sino también en cómo sus familiares sobrellevan el ingreso. 

Carmen, en el exterior del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.

Carmen, en el exterior del Hospital San Juan de Dios de Córdoba. / Rafael Sánchez Ruiz

La naturaleza como parte del tratamiento

“Desde hace años tenía información de alguna UCI en España y EE UU que, anecdóticamente, había sacado a algún paciente fuera de la unidad si llevaba muchos meses ingresado y lo hacían básicamente por cuestiones humanitarias —explica el jefe del servicio de Urgencias y UCI del Hospital San Juan de Dios de Córdoba e impulsor de esta iniciativa, José Carlos Igeño—. Lo innovador de nuestro proyecto es que estas salidas al exterior se han incorporado como parte del tratamiento diario del paciente, si determinamos que con ello va a mejorar su bienestar físico y psicológico durante el ingreso y acelerar su recuperación. También es innovador porque, además de ser una medida de humanización, hemos revisado y utilizado toda la evidencia científica que demuestra los múltiples beneficios que la naturaleza ejerce sobre la salud y la evolución de los enfermos”. 

Según detalla este especialista en medicina intensiva, existen multitud de publicaciones científicas que demuestran que el contacto con la naturaleza, es decir salir al aire libre, “disminuye las hormonas de estrés, como el cortisol; incrementa la secreción de endorfinas, que son las responsables de que nos sintamos mejor e incluso de que necesitemos menos analgésicos; estimula el sistema parasimpático y todo lo que esto conlleva: disminución de la tensión arterial, frecuencia cardíaca, etc.”. A nivel psicológico, además, contribuye a incrementar la sensación de bienestar, ayuda a dormir mejor y un largo etcétera. 

Vista de la UCI del hospital.

Vista de la UCI del hospital. / Rafael Sánchez Ruiz

La prescripción de este tratamiento se realiza de manera similar a la de cualquier otro medicamento y se debate dentro del protocolo diario de cuidados al paciente crítico. Según destaca Igeño, dos son los elementos claves para determinar si el paseo es recomendable. Por una parte, se evalúa en qué medida a ese paciente, por sus circunstancias, le va a suponer una ayuda extra en su recuperación y, por otra, se estudia que la seguridad clínica estará garantizada durante todo momento en la salida. 

Es por ello, asegura el director gerente del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, Horacio Pijuán, que esta terapia “nos sitúa a la vanguardia de la humanización de los cuidados, pero también a la de la prestación de un servicio innovador y de calidad para los pacientes y sus familiares, que garantiza que todo el proceso es seguro”. No en vano, para cada salida se debe contar con al menos tres profesionales: el médico, un enfermero y un técnico en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE).

Una iniciativa que traspasa fronteras

El desarrollo de un protocolo propio para la puesta en marcha de los Paseos que curan, así como la publicación de los beneficios de estas salidas en el paciente crítico y sus familiares en la revista científica Medicina Intensiva, de la SEMYCIUC, ha despertado el interés de otros centros y profesionales de todo el mundo que han importado este tratamiento y han pedido consejo al equipo del centro cordobés para ponerlo en marcha.

Ejemplo de ello es la Sociedad Inglesa de Medicina Intensiva, que ha incluido la salida terapéutica a los jardines en su Guía de Buenas Prácticas con Pacientes Críticos tomando como base y citando el protocolo de los Paseos que curan del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.

A esto hay que sumarle que los pacientes han de estar ya suficientemente estables y despiertos para que sean conscientes de ese cambio de ubicación. Además, deben salir conectados a sus respiradores, bombas de perfusión de medicamentos, monitores y todos aquellos dispositivos que en la UCI garantizan su vigilancia e informan de cualquier cambio en su estado de salud.

Cómo es un paseo que cura

Los paseos que curan suelen desarrollarse por los jardines del hospital, ricos en vegetación y con vistas privilegiadas debido a su ubicación en plena sierra de Córdoba. Tienen una duración media de 20 minutos y se realizan en la misma cama en la que el enfermo permanece en la UCI o en una silla que ha sido especialmente diseñada para ello. La coordinación entre los profesionales a la hora de realizar esta salida también es fundamental para su éxito. 

El objetivo no es otro que los pacientes entren en contacto con la luz natural y el aire libre, mientras se continúa con los cuidados propios de una UCI durante este tiempo. Esta salida contribuye a prevenir problemas importantes como el Síndrome Postcuidados Intensivos y a disminuir las posibilidades de desarrollar 'delirium'. También estimula los sentidos de la persona convaleciente e incentiva su trabajo de fisioterapia, en el caso de que esté prescrito. Con todo ello se disminuyen los días de estancia en la UCI de estos pacientes.

Una iniciativa que traspasa fronteras

El desarrollo de un protocolo propio para la puesta en marcha de los Paseos que curan, así como la publicación de los beneficios de estas salidas en el paciente crítico y sus familiares en la revista científica Medicina Intensiva, de la SEMYCIUC, ha despertado el interés de otros centros y profesionales de todo el mundo que han importado este tratamiento y han pedido consejo al equipo del centro cordobés para ponerlo en marcha.

Ejemplo de ello es la Sociedad Inglesa de Medicina Intensiva, que ha incluido la salida terapéutica a los jardines en su Guía de Buenas Prácticas con Pacientes Críticos tomando como base y citando el protocolo de los Paseos que curan del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.

Aunque cualquier enfermo crítico puede beneficiarse de los parabienes de este tratamiento, los paseos están fundamentalmente indicados, apunta el doctor Igeño, “en aquellas personas con un elevado riesgo de 'delirium' por su mayor edad o por haber permanecido sedados. También en aquellos pacientes cuya evolución se prevé larga y tendrán un ingreso de muchos días, así como en aquellos que han permanecido intubados o han tenido un cuadro de shock prolongado del que ya se han recuperado”. 

Un ingreso menos traumático para las familias

Si bien los principales beneficiados por esta iniciativa son los pacientes, también está demostrado que las familias sobrellevan mejor los ingresos largos al comprobar el cambio que se produce en sus familiares con estas salidas.

Imágenes de la preparación de Carmen para su salida.

Imágenes de la preparación de Carmen para su salida. / Rafael Sánchez Ruiz

No en vano, el proyecto Paseos que curan se enmarca en las iniciativas promovidas desde el Área de Humanización del Hospital San Juan de Dios de Córdoba. Su responsable, el Superior del centro, Hermano Isidoro de Santiago, asegura que este proyecto es reflejo de la atención integral que se promueve desde la Orden Hospitalaria, que va más allá de lo meramente asistencial: “Este modo de atender, cuidar y acompañar al paciente se identifica con la manera de hacer de San Juan de Dios y reúne todos sus valores proporcionando una atención de calidad desde la calidez”.

Reconocimientos científicos y de humanización

La iniciativa Paseos que curan ha recibido diferentes reconocimientos tanto a nivel científico como de humanización. Así, en 2018 este proyecto fue presentado en el 7º Congreso de Rehabilitación en Cuidados Críticos del Hospital Johns Hopkins donde recibió el premio al mejor póster. La comunicación titulada The Healingwalks Project mostraba sus beneficios y los estudios que los evidenciaban. Dos años después, fue galardonado en la V edición de los Premios Humanizando la Sanidad’ de TEVA España junto a otras 10 iniciativas nacionales, y en 2022 recibió un accésit como Iniciativa de sensibilización a pacientes y familiares en la VIII Edición de los Premios Afectivo-Efectivo de Janssen.