El padre de Malú defiende a Albert Rivera: "Todos tenemos derecho a ser felices"

Su exconsuegro Pepe de Lucía rompía su silencio horas antes de la muerte del padre del expolítico

Pepe de Lucía

Pepe de Lucía / EUROPA PRESS

P. O.

En el ojo del huracán por su agitada vida amorosa tras su reciente separación de Malú -al ser sorprendido en actitud cómplice y cariñosa en Ibiza con dos mujeres, Aysha Daraaui y Carla Cotterli, con solo una semana de diferencia- Albert Rivera atraviesa por un durísimo y doloroso trance.

Este domingo fallecía inesperadamente en Málaga su padre, Agustín Rivera, a los 71 años. El ex líder de Ciudadanos cogía el primer vuelo desde Londres -donde se encontraba disfrutando de unos días de vacaciones- y completamente devastado le veíamos llegar al tanatorio para dar su último adiós a uno de los pilares de su vida.

Una despedida a la que se sumó Malú que, dejando claro que su relación con Albert continúa siendo estrecha a pesar de su ruptura, se desplazó hasta Málaga para arropar al padre de su hija Lucía en estos durísimos momentos, según recoge Europa Press.

Horas antes, sin presagiar todavía que poco después fallecería su exconsuegro, Pepe de Lucía rompía su silencio sobre los titulares que ha acaparado Rivera este verano por sus imágenes cómplices en Ibiza con Aysha Daraaui, y sus apasionados besos y románticas caricias con la diseñadora Carla Cotterli una semana después de haber sido sorprendido compartiendo un baño muy cariñoso en aguas del Mediterráneo con la actriz de origen marroquí.

Mientras el abogado guarda silencio, su entorno desliza que es Carla, con la que mantendría una incipiente relación desde hace varias semanas, quien le ha devuelto la ilusión tras su separación de Malú. Algo que al padre de la cantante parece no importarle. Confesando que es un tema que no "quiere tocar", Pepe de Lucía no ha dudado en salir en defensa de Albert y dejar claro que su exyerno tiene "derecho como todos" a "ser feliz": "Todos tenemos derecho a ser felices y vivir nuestra vida" aseguraba horas antes del fallecimiento del padre del expolítico.