Miguel Ángel Llinàs, alias «Cameta» y correo del político balear Bartomeu Vicens para cobrar los cuatro millones de sobornos pagados por Sacresa a Unió Mallorquina (UM), negó ayer ante el juez Enrique Morell haberse quedado 400.000 euros de esa entrega, en contra de lo que mantiene su examigo Vicens.

Llinàs, de 71 años y defendido por el abogado Gaspar Oliver, reconoció que fue a recoger de manos de un desconocido dos envíos: uno de un paquete y el segundo de dos. Se lo pidió como un favor su amigo del alma, Vicens («Si Tomeu me hubiera dicho que tenía que ir a tirar de la oreja al obispo, hubiera ido», declaró Llinás).

Las entregas se hicieron en un bar junto a la iglesia mallorquina del Pont d'Inca y en un hotel del Paseo Marítimo de Palma. Según Llinás, él no abrió los paquetes y se los entregó en mano a Vicens, en el aparcamiento de éste en el Consell de Mallorca.

El empresario de Campos aseguró que Vicens le pagó con 35.000 euros, un bolígrafo y un lápiz Montblanc. El dinero ya se lo ha devuelto a la Policía.