Con una documentada y “muy trabajada” memoria, el Ayuntamiento de Fuentesaúco aspira a conseguir la declaración de la Semana Santa como Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León. Santiago Samaniego Hidalgo, Doctor en Historia del Arte, miembro del equipo docente del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca y Cronista Oficial de Fuentesaúco, es el autor del esmerado trabajo, realizado de forma totalmente desinteresada, donde documenta la historia y singularidades de una de las celebraciones rurales de referencia en la provincia de Zamora. El investigador saucano bosqueja en esta entrevista la labor llevada a cabo y los hechos que justifican el esperado reconocimiento de la Semana Santa saucana por parte de la Consejería de Cultura y Turismo.

–¿Qué singularidades hacen a la Semana Santa de Fuentesaúco merecedora de este reconocimiento?

–Creo que se da una triple dimensión, tanto por sus valores de antigüedad como de religiosidad y por otro lado la rica imaginería en los pasos procesionales. En cuanto a la antigüedad, pude encontrar hace tiempo un documento del año 1606 donde curiosamente se hablaba ya de la existencia anterior de una de Semana Santa que era de tipo disciplinante, donde los nazarenos se “disciplinaban” en el sentido de que se azotaban. Creo que pudiera ser la dimensión original de esa Semana Santa, que luego cambió. Al llegar el barroco, en el siglo XVII, da un golpe de timón a esa orientación sanguinolenta y se comienza a buscar la fibra escenográfica, el sentimiento, la sensibilidad para adorar al Cristo Crucificado. La gente estaba necesitada de una expiación porque se creía que todos los males, por cierto, pestes y pandemias, eran enviados por la Divina Providencia y se necesitaba expiar los pecados.

"Hay un documento del año 1606 donde habla ya de una celebración de tipo disciplinante"

–En el estudio de esos orígenes cita el Jueves de la Santa Cena, el cenáculo donde Cristo se encuentra con los discípulos, como uno de los hechos singulares y más originarios de la celebración.

–Sí, era otra de las características que tenía la antigua Semana Santa saucana. Ese día se celebraba una comida que pudiera responder a la necesidad de mitigar las hambrunas que periódicamente asolaban a los pueblos de Castilla; hacían como una conmemoración viviente. De igual manera que Cristo celebró la Santa Cena la cofradía de la Vera Cruz se reunía en torno a una cena.

–¿Hasta qué punto los nazarenos diferencian a la Semana Santa saucana de otras celebraciones?

–Son los herederos de esta tradición del cenáculo que organizaba esta cofradía. De esa antigua hermandad van a descender por línea directa los nazarenos, que son los que dan la autenticidad a la Semana Santa saucana, el matiz diferenciador. Hay una serie de aspectos por ejemplo los rituales, que son de una ascendencia muy antigua. Algunos etnólogos o antropólogos especializados han querido ver una rendición a cultos referentes a la Madre Tierra, porque esos cofrades eran agricultores y de alguna manera querían conjurar las pandemias, estaban necesitados de recoger cosechas buenas. Por eso los nazarenos hacen el besado de la tierra, genuflexiones que están relacionadas con todo ese ritual de tradición antiquísima. Son hechos llamativos a los ojos de un extranjero que venía en busca de lo más impactante, novedoso y diferenciador.

–Usted ha hablado de las dificultades a la hora de rastrear en la historia de la Semana Santa saucana porque muchos libros de cuentas y documentos de las cofradías fueron destruidos.

–Sí, tenemos serios problemas, aunque alguno se ha conservado y nos ha permitido conocer esa dimensión evolutiva de la Semana Santa. Hemos hablado de la Vera Cruz como origen y los nazarenos como herederos. Pero luego se van incorporando otros sucesivamente que van enriqueciendo la celebración a medida que va avanzando el tiempo. Un elemento importante aportador a la Semana Santa saucana es el Hospital de las Angustias de San Salvador que tenía algunas imágenes y se conservan algunas contabilidades, y a partir de ahí hemos podido precisar algunas cosas importantes en la hechura de algunos pasos.

–Esto enlaza con la rica imaginería de la Pasión, ¿qué destacaría de esa investigación en torno al Hospital de San Salvador?

–Posiblemente una de las piezas más bonitas que se procesiona es la Piedad, la Virgen de los Dolores o de las Angustias, una talla labrada por Juan de Montejo y policromada por Francisco Regas en el año 1753. Por regla general hay poca documentación, he tenido suerte de encontrar algunas cosas novedosas que se han recogido en la Memoria.

"Nuestra Pasión ha llamado la atención de viajeros extranjeros y fotógrafos refinados en busca de la percepción de lo auténtico"

–Al valor de la imaginería se suma el hecho de que es un recorrido por diversos períodos artísticos.

–Sí. Prácticamente está representada toda la historia del arte moderno, desde 1530 hasta el siglo XX, con manifestaciones artísticas de todos los estilos. Del siglo XVI el Cristo de la Agonía, que procesiona el Miércoles Santo, tiene la interesante curiosidad de que posiblemente hayan participado dos artistas diferentes, pudieran ser un maestro y un discípulo. Porque esta pieza tiene el rostro de un estilo muy goticista todavía, muy anticuado, y curiosamente el cuerpo es de una perfección casi anatómica. Esa disparidad entre el rostro y el cuerpo me lleva a la conclusión de que ha participado un maestro, el hacedor del rostro muy entrado en años, y un discípulo que hace el resto.

–Ha hecho referencia a Juan de Montejo, un maestro muy vinculado a Fuentesaúco estudiado ya por usted.

–Es un escultor que hace años tuve la fortuna de rescatar del anonimato. Se asentó en Fuentesaúco porque casó con una saucana llamada Isabel Vázquez, tuvo taller y trabajó en varias tallas. Una de ellas es la famosa Virgen de las Angustias, a la que ya me he referido. Esta pieza es muy interesante, copia un poco la Piedad del Vaticano y es un ejemplo claro que evidencia los canales de penetración del romanismo italiano en ambientes culturales españoles.

"El reconocimiento aportaría un empujón económico a la localidad, pues afectaría a la hostelería, el comercio y a la industria"

–¿Qué otra talla destacaría?

–Por ejemplo, el Santo Entierro de Francisco García, un escultor salmantino de finales del siglo XVII. Este autor hizo otras obras para la Vera Cruz de Salamanca, donde hay un Santo Entierro que tiene la caja mortuoria prácticamente igual que la de Fuentesaúco y el Cristo que está dentro también. Esa sensibilidad tan impactante cuadra mucho con el estilo barroco. Esta pieza es interesante porque es un Cristo articulado que se sacaba del sepulcro y se ponía en un madero en la iglesia de Santa María para desclavarlo luego a continuación.,

–Una representación recuperada hace pocos años en la Semana Santa saucana …

–Curiosamente fue una ceremonia que llega hasta 1830, cuando un obispo la prohíbe porque la gente se ponía a hablar, subía hasta el altar, incluso había reyertas. Entonces determina la clausura del descendimiento y afortunadamente, sí, se ha recuperado recientemente. Y después está la Virgen de la Soledad, que se compra en 1890 y el estilo indica que es de Ramón Álvarez, el famoso imaginero de la Semana Santa zamorana. Pero en esa fecha ya estaba fallecido, lo cual hace suponer o que la dejó hecha y le sobrevino la muerte sin acabarla o un discípulo de su taller se encargó de ello. Es otra pieza que interesa de ese itinerario artístico.

–¿Hay alguna otra peculiaridad de la Pasión saucana que merezca destacar y se haya reflejado en la Memoria?

–Conviene mencionar el Pretorio, que es como un recitativo que cantaban determinadas personas en ciertos puntos del recorrido procesional. El musicólogo Miguel Manzano ha localizado algunos similares en pueblos del norte de Burgos. Creemos que el Pretorio que se cantaba en Fuentesaúco está emparentado con esos de la provincia de Burgos, con esa caracterización del tono muy grave y profundo que era muy concordante con la seriedad de la procesión.

–¿Este ritual hoy perdido, hasta cuándo permaneció en la Semana Santa saucana?

–Conseguí algún manuscrito de 1936 con fragmentos que he cotejado con los de Burgos y hay pocas diferencias. La relación posiblemente viniera a través de un predicador de origen burgalés que viniera a predicar sermones a la villa. Ese texto estuvo vigente hasta la Guerra Civil y era cantado por voces muy graves y cavernosas que cuadraban muy bien con el ritual procesional. Se dividía el trayecto en catorce estaciones y los tenores se colocaban en sitios estratégicos. Solo tenemos constancia escrita de algunas estaciones, lamentablemente no de todo el Pretorio.

Santiago Samaniego Hidalgo Cedida

–La actual pandemia ha provocado la suspensión de las celebraciones por segundo año consecutivo, ¿hay precedentes de hechos similares a la largo de la historia de la Semana Santa de Fuentesaúco o durante la Guerra Civil?

–Sobre repercusiones de pandemias en la Semana Santa no he logrado detectar documentación. En el período de la República, Fuentesaúco siguió siendo batallador y conservador de sus tradiciones religiosas. Es más, se decía a la Virgen de la Antigua “ni tocarla”; la Semana Santa se siguió manteniendo, aunque se suspendió el Pretorio.

–Aludía antes al interés de estudiosos y fotógrafos por la Semana Santa saucana que han dejado la impronta en sus obras.

–Curiosamente llamó la atención de viajeros extranjeros, estudiosos y fotógrafos refinados en la percepción de lo auténtico han pasado por Fuentesaúco. Por ejemplo, el alemán Georg Weise, un historiador de arte muy reconocido, o Koldo Chamorro, uno de los más eminentes de la fotografía española contemporánea. Es curioso que Koldo Chamorro en una publicación que se llamaba “El Santo Cristo Ibérico”, para la que recorrió toda España buscando Semanas Santas , y tomaba como mucho tres imágenes de cualquier pueblo, y de Fuentesaúco, sin embargo, incorpora siete. Fue para él una fuente vívida de ideas, que es lo que iba buscando. Tanto Weise como Chamorro son ejemplos de este turismo profesional; la diferencia es que antes eran fotógrafos que iban buscando inspiración y ahora es gente que va buscando el pasatiempo, como es el turismo de ahora.

"La influencia de Juan de Montejo se debe a que casó con una saucana, Isabel Vázquez, y abrió un taller"

–Hoy la celebración de la Pasión parece haber recuperado cierta fortaleza, ¿qué cree que puede haber influido?

–La gente sale más en Semana Santa, tiene más posibilidad de viajar, está necesitada de cambiar de aires, de desplazarse a determinados pueblos, de “perderse” como dicen ahora.

–¿Qué puede aportar la declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional por parte de la Junta?

–La declaración puede contribuir a revitalizar los pueblos, ahora bastante mortecinos. Aunque sean pocos días de celebración, que empiecen a sonar las zonas rurales, a suscitar el interés de los medios de comunicación, que se vea que existen ciertas singularidades en los pueblos. Y que los saucanos seamos conscientes de que tenemos un activo que hay que fomentar y poner en valor. Tampoco es que sea la solución de los pueblos, pero es una forma más, una ayudita. Creo que efectivamente se está revitalizando y por eso he querido dar a la Memoria una orientación de la celebración como un valor añadido que puede revitalizar el mundo rural tan despoblado. No es que el reconocimiento de nuestra Semana Santa nos vaya a solucionar este problema, pero sí nos da herramientas: campañas publicitarias por parte de la Junta, proyectos, carteles, iniciativas que puede ser un acicate para dar a conocer más de estas representaciones.

–El hecho religioso tiene una dimensión social importante en Fuentesaúco, con seis cofradías y 800 cofrades, de los cuales 300 son activos, y una Junta Pro Semana Santa ha revitalizado la celebración ¿todo esto también suma no?

–Sí, con el Presidente de la Junta Pro Semana Santa, Rufino Aparicio Velasco, se ha comenzado a publicitar, han hecho carteles, se han organizado, cumplen unos estatutos fundacionales. Y la repercusión de la celebración en el pueblo es total, así se ha hecho constar en la Memoria, porque el que no tiene un primo, tiene un hermano o una madre, y afecta a todos los estratos sociales.

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–¿Qué supondría la declaración para Fuentesaúco?

–Una revitalización económica para la localidad pues afectaría a la hostelería, el comercio y a la industria. Soy el cronista oficial de la villa, siempre he colaborado con todo el que me lo ha pedido y, honestamente, he hecho un trabajo muy serio, muy esforzado, de muchas horas y desinteresado. Y como saucano que soy deseo de todo corazón que la Junta de Castilla y León conceda esta designación al pueblo de Fuentesaúco.