Un año más, tal y como manda la tradición, la iglesia de Santo Tomás Cantuariense volvió a ser el punto de partida de la gloriosa entrada del Mesías en Jerusalén. La procesión de "La Borriquilla", organizada por la Asociación Santo Sepulcro y la Soledad, volvió a congregar a decenas de personas frente a las puertas del templo local. Una vez recogidos los ramos, los asistentes al evento -junto con los abades, corporación municipal y cargadores del paso- escucharon atentamente la bendición del párroco José Luis Miranda, quien se encargó de leer el pasaje bíblico, correspondiente al evangelio de San Mateo, en el que se narra la entrada de Jesucristo a la ciudad de Jerusalén a lomos de un pollino y recibido con gritos de "hosanna".

Una vez finalizada la consagración de las palmas con agua bendita, y tras el beneplácito de la autoridad eclesiástica, el desfile procesional dio comienzo con la interpretación del himno nacional por parte de la banda "La Lira". Por supuesto, los más pequeños volvieron a ser una parte crucial de esta celebración. La conocida como "procesión de los niños" disfrutó de una gran presencia infantil, con pequeños toresanos de todas las edades portando las tradicionales palmas. Pero los jóvenes locales no fueron meros espectadores, sino que participaron activamente en el desfile de "La Borriquilla"; ya fuera cargando el paso, conformado por mozos exclusivamente, o portando las banderas que abrían la comitiva religiosa.

Como cada año, uno de los aspectos más destacables fue la cuidada decoración que lucían las terrazas y balcones de los edificios que conforman el itinerario de la procesión.