Una pieza que se ajuste a la estética de la Hermandad de Penitencia. Esa es la premisa que ha seguido el músico Gustavo Tobal a la hora de escribir la pieza «Plegaria» para el cuarteto de viento de las Capas Pardas del que forma parte de desde hace más de una década. El compositor decidió homenajear a través de una partitura al antiguo bombardino, Agustín Lorenzo, quien «todos los años no regala algo a los miembros del cuarteto».

Este zamorano hace dos años escribió una primera versión que interpretó en su pregón de la Semana Santa de Zamora en Madrid mientras que esta noche, tras realizar un arreglo para cuarteto, tendrá lugar su estreno.

«Plegaria» presenta un solo de clarinete bajo, que le otorga una sonoridad muy bonita, que alterna solo de bombardino y concluye tocando los cuatro instrumentos, describe su autor. La obra, que tocarán en la zona de Trascastillo, armónicamente «recuerda a la música medieval sin llegar a serlo y busco la estética de la hermandad», define. Esta pieza es la segunda contribución de Tobal a las Capas quien hace unos años escribió «Capas Pardas», piezas que tienen en común «la misma sonoridad buscando una estética acorde con la austeridad de la procesión».

Por otro lado, Gustavo Tobal también estrena esta Semana Santa «Marcha fúnebre», una obra dedicada a los cargadores y que nace tras una conversación que mantuvo hace muchos años con el fallecido Fernando Primo Lorenzo quien le pidió que le hiciera una marcha a «Las tres Marías». A partir de esa charla «a lo largo de los años he ido perfilando con mis propias vivencias, pues he sido cargador de "Coronación de Espinas", la escritura de la marcha», sostiene el músico que ha optado por «una policoralidad» donde ha marcado el ritmo «con pasajes fuertes que ayuden al hermano de paso, una parte más fúnebre pero muy rítmica a la que sigue un lamento final muy fuerte», concreta.

«Plegaria», que tocará la Banda de música maestro Nacor Blanco a partir del jueves, juega con cuatro motivos que se repiten. «Me baso mucho en la repetición y utilizo muchas veces los mismos motivos». «Es una obra sencilla para el músico donde lo difícil es buscar el equilibro entre las voces y que no se pierda en la calle» remarca el semanasantero.