Una fina lámina de una resina muy resistente que se adapta perfectamente al pie del cristo de Nuestra Madre de las Angustias y que se sitúa a la imagen el Jueves Santo para el besapié a la talla. Esta investigación técnica la ha presentado en el Congreso Internacional de Escultura Religiosa, celebrado en la localidad de Crevillente, el zamorano Javier Casaseca con gran interés por parte de expertos en restauración.

El profesional se animó a lanzar su propuesta a la directiva de la Cofradía de Nuestra Madre preocupado porque en el formato del actual besapiés "la talla se deteriora con la saliva, el sudor, la grasa humana o los cosméticos que hacen de disolvente y van mellando la policromía y cuando se pasa el paño y se limpia se va arrastrando y se va desgastando".

El hermano de la cofradía, que ejecutó la mejora del grupo que realizara el imaginero Ramón Álvarez, compartió su planteamiento con la actual directiva y tras contar su visto bueno y el beneplácito de la delegación diocesana de Patrimonio efectuó "un molde del pie" con materiales respetuosos con la talla. A continuación hizo una réplica en yeso y en base a ella ejecuta la lámina con "una resina bastante resistente, transparente, y que se adapta perfectamente al pie", describe el profesor de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid que tras probar un año realizó la versión definitiva. "Es como una carcasa del móvil se quita y se pone y, sobre todo, preserva la obra de arte", describe.

Por sus características la persona que se acerca a besar la imagen "no tiene la sensación de que está besando un plástico porque no se aprecia", precisa el técnico que realizó la lámina que se emplea desde hace tres años. Además, con posterioridad la cofradía ha situado una placa del emblema de la hermandad para que la gente "sepa dónde tiene que besar".

El restaurador recalca que si no hubiera ideado esta pieza "hubiera sido necesario la restauración del pie del Cristo". Como gran conocedor de la talla afirma que "es una imagen que está extremadamente ahuecada y hubiéramos llegado a agujerear la pantorrilla porque hay gente que le besaba allí".

Respecto al coste de la prótesis el técnico asevera que "los materiales son baratos, lo más costoso ha sido la chapa de oro con el anagrama" del corazón traspasado.

El restaurador ha dado el paso de compartir su investigación con sus compañeros de profesión en este congreso internacional al existir una mesa centrada en la conservación y la restauración de escultura y al tratarse de "una aportación para frenar el deterioro de las imágenes que se estropean mucho en los besamanos y besapiés" y enumera soluciones para preservar las tallas ideadas en otros lugares. "Al Rescatado de Salamanca le han hecho una caja de cristal y la gente besa esa caja y en Sevilla las imágenes tienen réplicas de las manos y sitúan unas en los besamanos y para las procesiones sitúan las originales", explica este hombre que ha restaurado el Cristobalón de la Catedral así como la Piedad de Manganeses de la Lampreana o los pasos de Conducción al sepulcro, la Virgen de los Calvos o La Sentencia.

Su propuesta ha interesado al centro de restauración de Murcia y a uno de los conservadores del Museo de Escultura de Valladolid. "Quieren conocer más el sistema porque quizá pueda implantarlo en alguna hermanad", ahonda este profesional que tiene claro que "no es una solución definitiva pero sí un sistema para preservar la obra".