"Pediros una vez más que entre todos no nos olvidemos de los más pequeños, de los jóvenes. Procuremos inculcarles esta tradición, no solo en las costumbres, también en el amor a Jesucristo. Y no solo en estos días, aprovechemos en Semana Santa para hacer nuestro propio reencuentro para tomar impulso y no abandonar al Señor como ocurrió durante su Pasión". Fue uno de los pasajes finales del personal pregón de la periodista Yanela Clavo, encargada de pronunciar el pregón de la Casa de Zamora en Vigo.

En la mesa presidencial del Auditorio Centro Social Afundación estuvieron Ana Pastor, ministra de Fomento en funciones, Abel Caballero, alcalde de Vigo, Carmela Silva presidenta Diputación de Pontevedra, Mayte Martín Pozo, presidenta Diputación Zamora, Antidio Fagúndez, teniente de alcalde de Zamora, Antonio Martín Alén presidente Junta Pro Semana Santa Zamora y Miguel Ángel Crespo presidente Casa de Zamora en Vigo.

La intención de la pregonera estaba clara casi desde el principio, cuando dijo al auditorio: "Espero conseguir inyectaros un poco la ganas de vivir por lo menos un año, la Pasión de la Semana Santa en Zamora". Y para ello no dudó en recurrir al españolísimo símil futbolero, en sintonía con su profesión de periodista deportiva. "Hace no mucho leí en un articulo de LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA, unas declaraciones de Rufo Martínez, presidente de la Cofradía del Cristo de las Injurias en las que decía "Zamora juega la Champions League de la Semana Santa". No puedo estar más en sintonía con esas palabras, porque zapatero a tus zapatos, soy periodista deportiva y es una metáfora perfecta para poder explicar con la jerga del fútbol lo que supone la Semana Santa de Zamora, entre las celebraciones religiosas que tienen lugar en España". Llegó a asimilar la Pasión zamorana con lo que supone el Atlético Madrid en el fútbol y su afición incondicional. Y aprovechó el pregón para vender Zamora: sus monumentos, su vino y su vida.

La mayor parte del pregón consistió en un pormenorizado recorrido cronológico por toda la Pasión, desde el jueves del Traslado del Nazareno de San Frontis al Domingo de Resurrección, con unos títulos muy expresivos: Campanas y barandales, el sonido de los tambores, "Chistus", "La muerte no es el final", Jerusalem, bombardino, miserere castellano, miserere del Yacente, merlú, marcha de Thalberg, y Soledad. Especialmente devota se confesó la pregonera del Cristo Yacente, procesión en la que sale su padre, y de la Soledad, a la que pertenece ella misma.