Los redobles de los tambores y el sonido de las cornetas inundó ayer tarde las calles céntricas de la ciudad, en lo que fue un auténtico anticipo del ambiente sonoro que se vive con muchas de las procesiones de la Semana Santa, que incluyen a estas formaciones como piezas indispensables de la puesta en escena de la Pasión.

Las bandas participantes habían quedado en la plaza de la Constitución para llevar a cabo el certamen, y hasta allí se desplazaron en formación uniformada y tocando con brío los marciales ritmos. Sin embargo, la amenaza de lluvia, que por momentos llegó a caer aunque en forma de leve llovizna, aconsejó trasladar el lugar del encuentro hacia un espacio cubierto, el del Colegio Universitario. Los inconvenientes, sin embargo, no habían acabado, ya que el recinto del Colegio Universitario se quedó muy pequeño para acoger al amplio número de personas que allí se concentraron entre público y los componentes de las propias bandas. Con tanta gente agolpada se sobrepasaba el aforo del recinto, por lo que se tuvo que cambiar de nuevo el lugar de la cita y volver al escenario original, el de la plaza de la Constitución donde por fin las formaciones participantes pudieron tocar sus piezas en la exhibición oficial, después de que en los diferentes recorridos aprovecharan para ensayar sus desfiles.

Ha sido la semanasantera Asociación Luz Penitente la que ha organizado por cuarto año consecutivo el Certamen de Bandas de Cornetas y Tambores "Francisco Carricajo", que en esta ocasión reunió en las calles y plazas de Zamora a cinco formaciones de la provincia. Se trataba de la Banda de Cornetas y Tambores "Ciudad de Zamora", la Banda del Santísimo Cristo del Perdón, la Banda de Jesús Nazareno de Zamora, la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Toro y la Banda de Jesús Nazareno de Villaralbo.

Cada una con su propio estilo, aunque todas con las señas de identidad de las bandas de cornetas y tambores, iniciaron el pasacalles desde distintos puntos para confluir todas ellas en el lugar del encuentro, en la plaza de la Constitución. Cada una de las bandas participantes ofreció dos piezas de su repertorio, que se iban sucediendo según el orden de actuación previamente establecido, que debía abrir la Banda de Jesús Nazareno de Zamora para continuar con la de Toro, la de Jesús Nazareno de Villaralbo, la del Cristo del Perdón y la "Ciudad de Zamora".

La tarde, aunque fría, se vio acompañada por el sol en muchos momentos e hizo que para muchos zamoranos fuera realmente agradable de ver el desfile de las bandas por las calles, así como la actuación de unas formaciones que durante muchos meses del año se esfuerzan para ensayar las distintas piezas que después deben poner en escena cuando llega la hora de la verdad, los certámenes y desfiles.