Zamoreando

Lo dicho, un pastón

Esas líneas rojas que los separatistas catalanes ponen al idioma de Cervantes es pura incitación al odio

Pinganillo antes inicio sesion plenaria aprueba uso lenguas cooficiales en el Congreso

Pinganillo antes inicio sesion plenaria aprueba uso lenguas cooficiales en el Congreso / Marcos Villaoslada - Europa Pres

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Tenemos un idioma universal que es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, y la tercera lengua en un cómputo global, al sumar dominio nativo, competencia limitada y estudiantes de español, superando los 591 millones. El mismo idioma en el que se entienden cuando se reúnen en Bruselas, Ortuzar del PNV y Puigdemont, de Junts. El mismo idioma que emplean Otegi, de Bildu y Pere Aragonés, de ERC. El mismo idioma en el que escenificaron sus confidencias Yolanda Díaz, de Sumar y Puigdemont, de Junts. El idioma común a tantos millones de hispanoparlantes que siempre ha sido vía de entendimiento a través de ese vehículo llamado diálogo que algunos intentan enturbiar.

Esas líneas rojas que los separatistas catalanes ponen al idioma de Cervantes es pura incitación al odio. No lo digo yo, lo ha dicho un gran jurista. Por esas razones y otras muchas que podría esgrimir, no se entiende muy bien que el Congreso de los Diputados, merced a un acuerdo exprés, haya dado luz verde para que los diputados que lo deseen puedan expresarse en su lengua vernácula. Las lenguas cooficiales hacen su entrada triunfal en esta nueva legislatura, de la mano de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz que ha jaleado el asunto todo lo que ha querido sin que nadie hiciera nada por evitarlo. Con Sánchez hemos topado. Eso parece decirse a sí mismo y a los demás, el presidente en funciones con esa soberbia que acredita.

La Cámara Baja convertida en una Babel. Cara babel. No es porque servidora no lo haya dicho y repetido hasta la saciedad, la broma cuesta un pastón que saldrá del bolsillo de todos los españoles. De entrada, el Congreso prevé un gasto de hasta 280.000 euros para implantar las vernáculas

La Cámara Baja convertida en una Babel. Cara babel. No es porque servidora no lo haya dicho y repetido hasta la saciedad, la broma cuesta un pastón que saldrá del bolsillo de todos los españoles. De entrada, el Congreso prevé un gasto de hasta 280.000 euros para implantar las vernáculas. Con la que está cayendo, lo caro, carísimo del aceite de oliva, y de paso la de girasol, y otros alimentos y lo que está por las nubes que es prácticamente todo, cómo pueden despilfarrar el dinero de esta manera si a la hora de la verdad todos se entienden hablando el español. ¡Ah, porque es de España y ellos no reconocen esta nación!

Solo los intérpretes van a costar 217.000 euros. Los pinganillos un total de 53.500 euros. 8.500 euros para la transcripción, todo lo dicho sin contar la instalación de los sistemas audiovisuales. ¿Para dar gusto a un prófugo como Puigdemont, era necesario hacer todo esto? Nos están colonizando. Nada de que España roba a Cataluña. Cataluña jode viva a España. Se me olvidaba. Hay que contar con dos grandes pantallas. En ellas los diputados leerán, gracias a subtítulos, los discursos de los oradores.

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