Votar exige reflexionar

Decidamos si queremos seguir progresando o retroceder respecto a la protección de nuestros derechos

Operarios organizan material electoral de las proximas elecciones generales

Operarios organizan material electoral de las proximas elecciones generales / David Zorrakino - Europa Press

Alfonso Vázquez  Vaamonde

Alfonso Vázquez Vaamonde

He hecho mías tres frases de mi paisana Concepción Arenal: "Odia el delito y compadece al delincuente"; "cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie" y "abrid escuelas y se cerrarán cárceles". Los regeneracionistas fueron conscientes del gran pecado secular, en realidad milenario, de privar de instrucción a todo el mundo. La solución de España "escuela y despensa" se la debemos a Costa, que lo propuso, tras reflexionar sobre la sociedad de aquel S. XIX reaccionaria y retrograda, en la que su tasa de alfabetización era la más baja de Europa.

Entendió que era máximo el beneficio del maestro que promociona la cultura, un derecho que se negaba a la mayoría, y nos educa, en la convivencia y en el respeto, el derecho natural a ser diferentes, sin discriminación sexual o de opinión, en particular la de las mujeres, a las que se prohibía acceder a la Universidad; también en la solidaridad, ayudando al socialmente menos afortunado, especialmente privado del acceso a la cultura una "culpa de todos". La represión del delincuente, forzado a delinquir para sobrevivir, es más cara y menos ética porque crea el orden de la injusticia.

Pero no basta la escuela: aprender a leer y las cuatro reglas; hoy lo sabe ya casi todo el mundo. Es necesario más: la lectura comprensiva. Y aún con esta no es bastante; se necesita también la afición a la lectura que es la única que garantiza la reflexión.

Reflexionar es meditar en lo que hemos pensado y sobre ese inmenso regalo de los grandes pensadores convertidos en nuestros interlocutores cuando los leemos. Los que, subidos sobre sus hombros, conscientes de que somo unos enanos a su lado, nos permiten ver incluso más de lo que ellos vieron. ¿Cabe mayor regalo?

Reflexionar es todo lo contrario a lo que hacemos con el nervioso dedo que emite un "me gusta" o "insulta" al que nos disgusta sumándose a los millones de irreflexivos que no dan tiempo a que lo leído sea reflexionado por su cerebro, no digo un minuto, sino sólo diez segundos. Esos diez segundos que convierten la respuesta del iracundo en un razonamiento más sosegado y respetuoso. En un regalo a la convivencia.

Se puede ser egoísta, pero no tonto. Estas elecciones tienen una gran trascendencia para España, pero también para la UE. No es el momento de despilfarrar el voto

Como muchos, he atendido a algunos de los pocos debates que los candidatos nos han hurtado. Algunos solo dan mítines de votantes que ya han decidido darles su voto; aplaudidores contentos de que les digan lo mismo que ellos piensan. Yo prefiero oír en el debate a los que me regalan otro punto de vista distinto que me permiten reflexionar y tras ello, confirmar o modificar lo que pensaba antes de haberlos oído, oírles es ¡un gran regalo!, reafirme o modifique mi pensamiento anterior.

Admiro a las víctimas de los asesinatos, los de los franquistas golpistas aún bajo ignotas cunetas y de los demócratas que también los hubo y a las de los etarras y de los GAL, etc. Sobre todo, a los que han sido capaces de recibir las disculpas de los directos asesinos de sus familiares. No sé si yo sería capaz de tanta generosidad. Por eso, no daré mi voto a quienes predican odio al delincuente. Son gente que odia al que no piensa o delinque como ellos: dispuesta a reducir libertades más que a reconocer derechos; cuyo programa es la beligerancia personal no la discrepancia sobre los derechos prioritario con los que quieren mejor nuestra vida.

Aprecié la sinceridad del candidato que recordó que el día que mataron a Miguel Ángel Blanco estaba en una vigilia en Ermua junto a miles de vascos que, como en toda España, pedían que no lo asesinaran. No lo votaré porque soy internacionalista y no me gusta el nacionalismo excluyente; pero fue odioso ver a otro candidato manipular a las víctimas incitando al odio para lograr un voto; ignorando hasta la petición de los familiares. ¿En qué escuela le enseñaron a no reflexionar y sólo a leer y las cuatro reglas?

Ese sentido tiene la "jornada de reflexión". Todo una día para elegir entre los que proponen mejoras de nuestros derechos frente a quienes sólo exhiben su odio frente a los demás candidatos que han apoyado las mejoras habidas, aunque no siempre acertaran al cien por cien, como suele pasar. Reflexionemos pues y decidamos si queremos seguir progresando o retroceder respecto a la protección de nuestros derechos.

Se puede ser egoísta, pero no tonto. Estas elecciones tienen una gran trascendencia para España, pero también para la UE. No es el momento de despilfarrar el voto en partidos sin opción de lograr un diputado, es decir de un elector, que eso es lo que nosotros elegimos.

La protección de los derechos de los demás, aunque nosotros no los valoremos, ellos sí, son la mejor protección de que tampoco reducirán ninguno de los derechos que sí nos interesan a nosotros y que no queremos que nos reduzcan.

Es feo echarle a los demás la "culpa" de nada; es feo ponerse la venda antes de la herida o desacreditar al otro; el debate es más de ideas que de personas y más en este caso donde va a tener que representar a la UE. También hay que tener en cuenta el aprecio personal de nuestro representante recordando que "en la mesa y en el juego se conoce al caballero".

(*) Abogado. - Doctor en Química Industrial. - Exsecretario 1º del Ateneo. - Secretario General Centro de Estudios Ateneos

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