Zamoreando

La música de Valery Lagutik

El músico se conforma con el impresionante escenario callejero

VALERY LAGUTIK

VALERY LAGUTIK / SERGIO VILLAR

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

La música de Valery Lagutik vuelve a llenar Santa Clara. Otra vez, la arteria principal de la capital vuelve a tener banda sonora original. ¡Y qué banda! De una calidad que, cuántas veces, despierta el aplauso de los viandantes o de aquellos ciudadanos que deciden quedarse a escuchar la pieza elegida para la ocasión. ¡Bienvenido a casa Valery! Porque tú eres un zamorano más. Esta ciudad te debe la alegría de los pasodobles, las marchas y las coplas que, convertidas en música, salen de tu acordeón. Nada tiene que envidiar nuestro Valery al genial Aimable Pluchard célebre y prolífico acordeonista del que tanto presumían en su día los franceses, celebrado principalmente por su estilo ligero y vibrante.

La habilidad de Valery es sorprendente. De su acordeón, gracias a sus dedos, que se mueven de forma inteligente por las teclas, se escapan todo tipo de canciones. Clásico y ligero. La otra tarde tocó una pieza clásica que nos obligó a detenernos a multitud de personas. Sonaba sublime. El tímido aplauso que premió la interpretación, a los zamoranos les cuesta mucho aplaudir, dio fe de que aquello que escuchábamos era digno del mejor escenario del mundo. Valery se conforma con el impresionante escenario callejero y no todo, con dos trocitos de Santa Clara le sobra y le basta para llenar el aire de música.

Impagable el "Tema de Lara" de la película Doctor Zhivago que interpretó la tarde del pasado miércoles, como impagables son tantas y tantas melodías que invitan a pasear por Santa Clara. Se me ocurre que si en el Ayuntamiento estuvieran por la labor, deberían, sobre todo una vez que se configure, contratar a Lagutik para tocar en un parque, en una zona ajardinada provista de bancos para que nos deleitáramos con su música y así realizar como un pequeño concierto, bien matutino, bien vespertino, que le dé un poco de alegría a esta aburrida y marchita Zamora en la que de actividades vamos más bien escasos. A fuer de ser sincera, no hay actividades y no le demos más vueltas.

Me alegro mucho de que Valery Lagutik haya vuelto a Zamora, nunca se va del todo, para regalarnos a manos llenas su sonrisa y su música que es de auténtico virtuoso. Lo he dicho y repetido hasta la saciedad. Que bien encajaría en cualquiera de los conciertos y veladas de verano que se dan cita en Zamora, en el Seminario, en la Plaza Mayor, en la de Viriato, en la trasera del Ramos, en el castillo, en la Plaza de la Catedral. Me encanta Valery Lagutik, tan sencillo, humilde y cercano como grande. Yo diría, inmenso.

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