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Zamoreando

Carmen Ferreras

De mala entendedera

El afán de la gente por contarlo todo en la ventana indiscreta de las redes

No me gustan las redes sociales. No entiendo ese afán de la gente por contarlo todo en semejante ventana indiscreta, con profusión de fotografías y datos, exponiéndose tan alegremente. No sé si lo hacen porque tienen una especie de complejo todavía sin nombre, si es por el mero hecho de querer fardar cuando se trata de viajes al extranjero, de sentirse superiores o es una forma de adoctrinamiento como ocurre en el caso de los políticos. Con lo sana y lo sabia que es la discreción.

Sin formar parte de tan numerosa familia, estoy bien informada gracias a las capturas o como quiera que se diga, que hacen mis amigos y que tienen, no sé si a bien o a mal, enviarme. En unos casos para que me ría y en otros para que lo deplore y compruebe la imbecilidad de algunas gentes. Son muchos los que utilizan las redes para reírse de los demás. Qué pena. Estoy segura de que algunas personas lo harán con fines formativos e informativos, con reflexiones posiblemente bellísimas, pero hay una mayoría que se dedica al halago fácil y tontorrón y a la crítica no exenta de cursilería.

Son muchos los que utilizan las redes para reírse de los demás. Qué pena. Hay una mayoría que se dedica al halago fácil y tontorrón y a la crítica no exenta de cursilería.

Un amigo me pasa una captura de esas que te obligan no sé bien si a reír o a llorar… de pena. Uno, que desde que tenía uso de razón lleva viviendo tangencialmente de la política sin ejercerla, dejó su "impronta", en un comentario que no me resisto a reproducir porque para eso es público y va corriendo de WhatsApp en WhatsApp para mayor inri del susodicho. Pues nada, que va y escribe: "La madre de Dios sin sitio en la casa de todos los zamoranos. No entiendo, sigo sin entender lo de la Virgen, ni lo del miércoles santo, ni lo de los quesos, ni lo de utilizar el nombre de Zamora para un partido".

No entiende nada, el pobre, porque vive fuera de Zamora, alejado de la realidad de nuestra tierra. Lo peor es que confunde churras con merinas aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. De entendederas anda bastante mermado. Todavía no se ha enterado que lo del queso, supuso un éxito para la ciudad y los queseros. Lo del nombre de Zamora, va, sin duda, por ‘Zamora Sí’ que aspita a que suene en Madrid, como Ávila, Teruel o Soria. A este que se le llena la boca de Zamora hablando de todo lo que ha hecho por ella sin aportar nunca nada, habrá que exigirle que deje de pronunciar su nombre en vano, que se recicle y se ponga al día. Los méritos, propios, no a costa de otros.

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