Nos morimos

Tristis est anima mea usque ad mortem, sí, triste está mi alma hasta la muerte

ZAMORA. MANIFESTACION POR FISCALIDAD DIFERENCIADA

ZAMORA. MANIFESTACION POR FISCALIDAD DIFERENCIADA / JOSE LUIS FERNANDEZ

Jesús Losada

Jesús Losada

Vivimos y morimos, durante esta semana de pasión en nuestra tierra de Zamora capital y provincia. Hablamos siempre del lienzo donde reposa el cuerpo yacente de Cristo, de todo un mapa de dolor, cruces, sangre y sufrimiento el mismo que padecemos en esta geografía tan nuestra y a la que amargamente lloramos, pues nunca vemos la posibilidad de creer en la Resurrección, nos han nublado los ojos, quizá hayan sido las lágrimas, hemos enmudecido y hemos callado. Creo que debemos y es hora, de empezar a soñar.

Hace años, allá en el cambio de siglo, un pequeñísimo grupo de zamoranos creamos un proyecto que pensamos entonces, que sería bueno para nuestra ciudad y provincia, ustedes se acordarán de Adeiza, nos vieron como utópicos y locos, pero nunca nos dimos por vencidos, con el paso de los años conseguimos que se nos reconociera en varias instituciones y que un buen número de gente, tuviera esperanza en este proyecto, como así fue y nos apoyó.

Ya entonces, nos reuníamos en Madrid con las plataformas de Teruel existe y con el grupo de Soria Ya!

Con el paso de los años nosotros hemos dejado de estar, pero existe un grupo que me recuerda al nuestro de aquellos inicios de siglo XXI, Zamora Sí, que apoya muchos de aquellos postulados que hace más de veinte años nosotros exponíamos ante la sociedad zamorana en un libro del profesor M.A. Mateos bajo el título: Zamora entre la agonía y la esperanza, que fue en parte nuestro programa, nuestro ideario.

He escuchado a Francisco Requejo reivindicar en el Senado de España ante la comisión de Despoblación y Reto Demográfico una batería de ideas que son francamente imprescindibles para creer en la Resurrección de este territorio de frontera y para que no nos dejen morir. Coincido plenamente en su discurso reivindicativo como presidente de la diputación, pero me inclino más a verlo como persona sensible ante los desafectos, a los que como zamorano, nos están duramente sometiendo, nos pasa a tantos y tantos zamoranos de a pie, que vemos pender la soga del abandono sobre nuestras cabezas.

Necesitamos la fiscalidad diferenciada que en Europa se nos supone y nadie pone en marcha sin saber por qué motivos. Necesitamos inversiones de grandes empresas para asentamiento poblacional de gente joven

Destacaría entre todas esas medidas expuestas, para revertir nuestra situación actual de ser la cifra más alta de envejecimiento en la Unión Europea y de otras dolorosas cifras que no me atrevo ni a pronunciar, las que describo a continuación.

Necesitamos la fiscalidad diferenciada que en Europa se nos supone y nadie pone en marcha sin saber por qué motivos. Necesitamos inversiones de grandes empresas para asentamiento poblacional de gente joven. Mejorar la conectividad de muchos pueblos que aún no la tienen y poder teletrabajar desde cualquier rincón de nuestra provincia. Deslocalizar oficinas, incluso consejerías, hoy día centralizadas en Valladolid. Somos el epicentro nacional de este terremoto de la despoblación que nos destruye. El proyecto estratégico de Silver Economy es factible para esta Zamora que trata y respeta siempre de manera amable a sus mayores, a las generaciones que nos precedieron y que tanto aportaron a nuestra sociedad. Ofrecer a nuestros jóvenes, esos que se han formado aquí, y que no tengan que buscar trabajo fuera de nuestros límites por encontrarlo en su pueblo o ciudad. Agilizar de una vez por todas las obras para la autovía prometida de la carretera de la muerte N122 que nos conduce a Portugal y de parte española no se ha hecho nunca nada, ni con un partido nacional ni con el otro, una auténtica vergüenza.

Incluir a Zamora en el diseño del Corredor Atlántico tan fundamental para el desarrollo de nuestra provincia siendo frontera con la región norte portuguesa. Abaratar los precios en los billetes de trenes entre Zamora y Madrid y tener posibilidad de un mayor número de frecuencias horarias.

En definitiva, ser conscientes de una realidad palpable en esta Semana Santa, que nos morimos sino alzamos todos juntos la voz y esperamos después de tantas muertes el eterno deseo de la resurrección que nunca nos llega.

(*) Poeta y profeso

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