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Tengo miedo

Algo falla en nuestra Constitución cuando los tribunales emiten sentencias tan dispares sobre hechos que parecen idénticos

Kaifa anta, say´yid wazir ? ¿Cómo está, señora ministra? Permítame que la salude en lengua árabe por haber tenido la brillante idea de designar a la Patria como madre de todos los españoles, pero debo decirle que a los únicos que conozco que la designen, con ese vocablo tan entrañable para la humanidad, es a los yihadistas islámicos a los que llevamos 50 años persiguiendo por fanáticos y extremistas.

La umma, madre, es la nación musulmana que pretenden crear, ummi , significa: mi madre, este vocablo lo utilizan con frecuencia cuándo se refieren a ella. A sí pues, cuándo la he oído me he preguntado si va a impulsar una ley que nos obligue a decir “Matría” cuándo nos refiramos a la Patria y si van a incluir en esa ley las brillantes expresiones “hijes” y “todes”. Mientras los expertos en estas cuestiones lingüísticas se deshacen en elogios en los medios de comunicación por las brillantes ideas que salen de sus caletres, yo estoy preocupado, debe ser muy costoso cambiar todos los programas de los ordenadores para que no nos las escriban como palabras desconocidas en la lengua española.

Me he quedado con la boca abierta, a la Patria se la ama sin emplear ni nombres ni adjetivos atrabiliarios.

Y todo eso puede continuar hasta la eternidad, el mecanismo no parece que tenga un dispositivo de interrupción cuándo surge la alarma.

Vivimos en un mundo con dos sociedades, una que no comprendemos qué es lo que sucede y otra que nos da normas sobre cuestiones que no tienen nada que ver con su formación jurídica

¿Qué ha pasado con la sentencia del TC sobre la declaración del primer estado de alarma? ¿Y cómo es posible que, después del infierno que hemos vivido cientos de millones de personas en todo el mundo y otros cientos de miles hayan perdido la vida, ustedes no hayan interiorizado cuál es el bien fundamental que hay que proteger?

Y, por encima de todo, yo me sigo haciendo esta pregunta: ¿cómo es posible que, en mi país, España, un Estado democrático, creativo, humanista, con un Gobierno respetado en las esferas internacionales, los ciudadanos de ese Estado le tengamos miedo a los Tribunales de Justicia?

No soy un experto en Derecho Constitucional pero algo falla en nuestra Constitución cuando los Tribunales de mi país, España, emiten sentencias tan dispares sobre hechos que, para nosotros, los no expertos, nos parecen idénticas. Me alarma que los Tribunales puedan tener la última palabra en cuestiones que afectan a la política de un país democrático, es decir, de ciudadanos libres. Yo voy a seguir respetando todas y cada una de las normas que ustedes nos impongan, pero porque tengo miedo y, mi opinión es que debería ser por respeto, pero eso hay que ganárselo en el ejercicio diario de la profesión de cada uno de nosotros.

Pero, miren, la verdadera batalla no es la que se libra entre ustedes y los Gobiernos, sino entre quienes no entendemos que cuándo la única medicina que había para aliviar la mortandad de la gente era el confinamiento, ahora, un año después, nos vengan a decir ustedes que nos equivocamos. Me parece una crueldad innecesaria. Las víctimas de esta pandemia ya no se lo pueden reprochar, pero yo sigo pensando que vivimos en un mundo con dos sociedades, una que no comprendemos qué es lo que sucede y otra que nos da normas sobre cuestiones que no tienen nada que ver con su formación jurídica.

Creo que todos sabemos a quién va a beneficiar esta sentencia. Todos sabemos que es a los extremistas y racistas en una sociedad que no los necesita para nada.

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