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Malas noticias

A ver cuándo diantre despiertan los zamoranos

Malas noticias

No hay ni una buena a la que agarrarse para pasar el trago. Ni portadas, ni interior, ni titulares. Ni textos, ni fotografías. El protagonismo de estas últimas se lo reparten las ambulancias y Filomena que sigue coleando, ahora con cencelladas bestiales. No podemos seguir así. Pero seguimos. Igea clama al cielo para que nos autoconfinemos ante el escaso o nulo caso que le hacen en Moncloa a cuyo inquilino le ha pedido por activa y por pasiva, creo que también por perifrástica, que nos confinen durante unas semanas, dos o a lo sumo tres. No podemos convivir con el bicho. Al bicho hay que enfrentarlo, presentarle batalla y hacerle desparecer. Parecemos empeñados en lo contrario.

Penoso resulta ver que Castilla y León comparte espacio en los telediarios con la comunidad Valenciana, La Rioja o Extremadura donde el bicho se ha despendolado. Si en Navidad no se hubieran relajado tanto las medidas, que si parientes, que si convivientes, que si allegados, ahora no nos veríamos en esta pésima tesitura. Para más regodeo, Filo sigue haciendo de las suyas. Y porque en Zamora no arreció al nivel de Madrid, porque de otra forma también estaríamos lamentando un incremento de pacientes en traumatología.

Zamora no está bien ni medio bien, ni en el plano sanitario ni en el plano económico. Muy oportuna la nota necrológica dando cuenta del fallecimiento largamente anunciado de esta ciudad y provincia que ha corrido estos días como la pólvora. Los políticos salen muy mal parados. No es de extrañar, estamos hartos de que nos pidan el voto para colocarse durante cuatro años o más en puestos de relevancia, cosa que hacemos como un deber ciudadano, para que luego en el día a día, observemos que Zamora y los zamoranos es lo último que les importa. Salvo excepciones, oiga, que las hay.

No obstante yo me pregunto si la culpa tiene que recaer con todo su peso, solo sobre los políticos. Algo tendremos que ver los ciudadanos. Los de Zamora somos apáticos, nos gusta que nos den las cosas hechas hasta tal punto de que ni las pedimos en forma de reivindicaciones contundentes que muestren a los políticos de qué pasta estamos hechos. Y como somos de plastilina, hacen con nosotros y de nosotros lo que les conviene a cada momento. A ver cuándo diantre despiertan los zamoranos y se ponen manos a la obra. Esa apatía, esa abulia es la que provoca que Zamora sea la segunda provincia de España que más autónomos pierde en 2020 o que uno de cada cuatro bares de Zamora, los grandes castigados, permanezca cerrado cuando pase el estado de alarma.

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