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Cartas de los lectores

Obituario: Purificación Tejedor Baladrón

¿Qué hacer cuando muere una persona imprescindible? Nada hay que pueda colmar la falta. Y muy poco harán estas pocas palabras doloridas para contornear el tremendo vacío que nos deja a sus amigos, a cuantos la trataron y a todos los vecinos de la ciudad. Entiéndase la palabra "imprescindible" no como exageración del habla común, sino en el sentido poético que le daba Bertold Brecht a los hombres que luchan día a día por hacer un mundo mejor para todos. Nuestra ciudad es hoy un espacio más humano y, sobre todo, más justo gracias al esfuerzo de personas como Puri Tejedor. Luchó por los derechos de las mujeres desde joven, en una época con enormes dificultades, cuando Franco había ya muerto pero el peso ideológico de la dictadura tenía gran arraigo en la sociedad española.

Participó muy activamente en el movimiento vecinal, y se batió en su última batalla contra la insensata instalación de un crematorio en el peor sitio imaginable. En su carne y en su vida quedaron las secuelas del sobreesfuerzo. Pese a todo no cejó, hasta el final de sus días, en rebelarse contra la injusticia. No contra las miserias o la desigualdad de la humanidad (hay muchas maneras confortables de reaccionar ante instancias inalcanzables), sino contra la injusticia próxima, en la propia casa, en el barrio, en la ciudad.

Hizo efectos en mí, en cuanto pude disfrutar de su cercanía, una forma de revolucionaria de entender la amistad. ¿De dónde venía tanta empatía, tanta entrega? Su influencia se dejó sentir, sin duda, en muchas otras personas que apreciaban su forma de luchar, enérgica y persistente pero ajena al liderazgo personalista. Posiblemente la estela de su vida vaya diluyéndose en el desdén de la desmemoria ciudadana, pero cuando las mujeres de Zamora pueden ejercer libremente sus derechos, cuando los barrios son más habitables y la ciudad parece un buen lugar para vivir, en detalles tan importantes como imperceptibles, deberíamos pensar que personas como Puri orillaron sus intereses personales y se implicaron por mejorar la vida de los demás. Ni mártir, ni víctima, ni heroína. Simplemente se nos fue una mujer ejemplar.

Pepe Monteagudo

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