Grave, muy grave la crisis de seguridad que sufre Barcelona. La Ciudad Condal, mal que pese a los independentistas, ya no es lo que fue en otro tiempo. Una de las ciudades más hermosas de Europa. En la actualidad es una ciudad sin ley. A eso la han conducido directamente los pésimos gobernantes que soporta, no sólo Barcelona como municipio, sino toda Cataluña. Eso es lo que tiene estar más preocupados por abrir embajadas en el mundo, montar un gobierno paralelo en Waterloo y repartir el dinero entre asociaciones leales al independentismo, para liarla cada vez que se hace necesario a los intereses de la causa común de unos cuantos, los del ruido, los de la gresca, los especialistas en liarlas pardas y echarle la culpa a los otros. En lugar de preocuparse por los ciudadanos de bien, por su bienestar y seguridad, han llevado a la hermosa Barcelona al límite. Una ciudad para no vivir y no trabajar en ella.

El asunto catalán está trascendiendo allende nuestras fronteras. Barcelona ya no es la ciudad que recomiendan las autoridades, muy por el contrario, la ponen al nivel de algunas ciudades del norte de Africa y del Oriente más próximo donde la violencia y la inseguridad es el pan de cada día para sus habitantes. De esas ciudades nos llegan por vía marítima muchos de los argonautas del siglo XXI. Quien no nos dice que los catalanes de Barcelona se tengan que hacer a la mar para salir huyendo de ese clima opresivo y violento que rodea el día a día de las gentes de Barcelona. La capital de la república de Catalonia.

En principio, la embajada de Estados Unidos en España, ha alertado a sus ciudadanos sobre el "aumento de crímenes violentos" en Barcelona durante este año, especialmente en las zonas turísticas más populares de la ciudad. La embajada pone especial énfasis en los pequeños robos con violencia que han tenido como objetivo joyas, relojes y carteras. Si hasta el mismísimo embajador de Afganistan fue víctima de un atraco con violencia. Fue rodeado por una serie de individuos que le robaron el reloj que portaba valorado en 20.000 euros. La segunda parte viene cuando los ciudadanos afganos en España han comenzado a preguntarse cómo es posible que un afgano, por muy embajador que sea, puede llevar un reloj valorado en esa cantidad de euros.

Sabido es que en algunos casos los incidentes inducidos por los facinerosos han provocado lesiones, ya que los ladrones que actúan en la ciudad costera son en su mayoría agresivos. Y eso no es lo peor. Lo peor es la ola de crímenes que ha forzado al Ayuntamiento de Barcelona a lanzar una ofensiva policial. Los Mossos son insuficientes, por lo que más tarde o más temprano la "odiada" Policía Nacional, la que todo lo resuelve, acabará patrullando las calles y poniendo fin a los desmanes. Robos, palizas, apuñalamientos y asesinatos dan cuenta de la crisis de seguridad tan grave por la que está pasando la capital catalana. Doce homicidios en lo que va de año. Agosto ha batido el récord. La mitad de las muertes se deben a peleas en la calle en diferentes barrios de la ciudad. Y la autoridad competente negando la crisis de seguridad que vive Barcelona.

La inoperancia de Colau es palmaria. A qué querrán subirse al carro de la política si luego no saben realizar la función encomendada. Esta señora se ha creído que gobernar una ciudad como Barcelona es hacer frente a los militares, quitar la foto del Rey del Consistorio, suprimir del mismo la bandera de España y salir de algarada contra España y lo que representa. Y mientras se ha dedicado a hacer el imbécil, Barcelona se le ha ido de las manos, como se van cada día nuevas empresas que ven la deriva de una ciudad sin ley.