Como las que aparecen en "Hola", boletín oficial patrio de la 'jet set' y la "beautiful people" patria. Como las bodas de los nobles de más rancio abolengo y de los plebeyos más ricos, tipo hija de Amancio Ortega o de Florentino Pérez o de alguno de estos que están muertos de hambre. La del próximo sábado día 26, con más de 270 invitados, muchos de ellos políticos y representantes de la vida cultural y el artisteo será, por el precio que alcanza, una boda capitalista. Sólo que el novio es Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida o lo que queda de ella, socio de Pablo Iglesias, líder de Podemos quien, obviamente asistirá al enlace, invitado está.

La izquierda de ahora que representa Garzón, lo es de palabra, porque de obra está más próxima a esa derechona rancia a la que constantemente critican, de la que despotrican por cosas iguales o parecidas a la de la boda del mes que no es otra que la del exterminador de Izquierda Unida con Anna Ruiz, que trabaja como médico en un hospital público de Madrid. Oiga, que cada cual se puede casar donde y como quiera, ¡hasta ahí podíamos llegar!, pero a la hora de levantar el índice acusador señalando los comportamientos de los que ni piensan ni son como ellos, que se lo metan directamente en la nariz.

En lo único que el socio de Pablo Iglesias ahorrará algo de dinero será en las flores de la iglesia. En lo demás va a tirar la casa por la ventana. Vamos a ver. No se casa en el mesón de Manolo ni en la bodega de Pepe, se casa en Cenicero (La Rioja). El banquete, será un almuerzo, tendrá lugar en el restaurante "La Huerta Vieja" en el corazón de la Rioja Alavesa, un lugar al que no todos los mortales pueden acceder. Nada de paella para todos o pimientos del piquillo rellenos de delicias riojanas, no. El menú, exquisito, puro delicatesen, tanto es así que tiene un precio de 309 euros por persona. Grosso modo la cosa en lo que al convite se refiere le va a salir por unos 83.330 euros. Una pasta gansa, más propia de los aznares, los rajoys, los ratos, de Marta Rivera y esa grey tan vetusta y tradicional, que de una joven promesa como Garzón, al que recuerdo criticando ciertas bodas.

Lo cierto es que el noviazgo no han podido llevarlo de forma más discreta, pero el bodón es otra cosa. El novio no quería que trascendiera, obviamente para evitarse comentarios, pero es que ha trascendido. La "beautiful people" de la izquierda a la que también le va esa marcha más propia de la derecha, está loca de contenta con la que se avecina el día 26. Las fotos del mejor fotógrafo y el más caro y así todo. Alberto y Anna están en su derecho, ¡faltaría más!, pero que luego el próximo a perder la soltería no hable.

El novio ha pedido respeto a su intimidad, lo que otros piden y el desoye cuando no se trata de un camarada. Por cierto, quien no faltará al enlace es Antonio Maíllo, coordinador general de IU en Andalucía. En una sociedad como la española, tan polarizada en la cosa pública, hay comentarios para todos los gustos, la mayoría contrarios, la mayoría negativos. Y todo porque uno que va de comunista, con lo que eso implica, se casa al más puro estilo capitalista.