No es de carne y hueso pero lo parece. Se llama Gabriel. Es el primer muñeco sexual para mujeres. Ya era hora de que estos artilugios no estuvieran pensados únicamente para satisfacción de los hombres. No hay que olvidar que en España también existe por lo menos un club de alterne con muñecas de silicona. Los clientes pueden mantener relaciones sexuales con estas monadas llamadas Sex Doll. Por 80 euros se puede mantener sexo sin riesgo alguno. Es una forma como otra cualquiera de hacer la competencia a las meretrices. No creo que lleguen a sustituirlas nunca.

Habría que acabar de una vez por todas con la prostitución. Sobre todo porque sabemos que la mayoría de esas mujeres están obligadas y amenazadas, que son engañadas y llevadas a distintos países, España no es ajena al tráfico de mujeres, donde se las hace trabajar incluso a destajo. Hay que abogar por todas ellas, sin distinción alguna. Sean de aquí o vengan de allí. A lo mejor, las Sex Doll podrían ser la solución. Es que parecen auténticas a tenor de las fotografías publicadas.

Gabriel también parece auténtico. Miras la fotografía y te dices de inmediato, ¡vaya tío bueno!, tiene una buena tableta de chocolate y un cuerpo 10. A ver, mirándolo con lupa, tiene músculos, ¡y qué músculos!, tiene vello corporal y al tacto, flipas. Parece real. Yo no sé si estamos ante una aberración o por el contrario se trata de una revolución que va a dar mucho que hablar.

La tendencia de practicar sexo con muñecas se extiende cada vez más en España y en el resto del mundo civilizado. En el mercado internacional abundan, muñecas hinchables y de silicona, parecen auténticas y el negocio empieza a ofrecer resultados contantes y sonantes. La irrupción de Gabriel puede revolucionar ese mercado. La cosa debe ser la mar de placentera porque una sexóloga ha recomendado el uso del nuevo muñeco sexual después de probarlo.

Decía una señora a la vista de la fotografía, "por fin un hombre que no te lleva la contraria y que no se queja de tus quejas". Gabriel viene a romper la primacía de las muñecas sexuales y tengo para mí que ha sido bienvenido. Un chico casi perfecto, cuerpo fibrado, piel bronceada, vello corporal, abdominales bien marcados, mirada sensual y al 'toque' es de un realismo satisfactorio. Una herramienta útil, según los expertos, que permite conocerse mejor en la cama. En el sexo con Gabriel, dicen los entendidos, manda la mujer.

Como no podía ser de otra forma, lo ha creado una empresa norteamericana. Lo malo está en el precio. No es para todos los bolsillos, aunque quien tenga buenos ahorros puede darse el capricho. El precio ronda los seis mil euros. Aunque no es apto para todos los bolsillos, apueste lo que quiere a que pronto encuentra solicitantes. Su historia acaba de comenzar. Seguro que el final queda lejos, muy lejos.