Está uno en casa tranquilamente leyendo y con la radio puesta, le entra un poco de gazuza, se va a la cocina a buscar una perra gorda de longaniza y una uña de pan y, cuando vuelve, ya han detenido a tres más, ya están inspeccionando no sé cuántas sedes, ya andan los jueces calificando delitos, tomando declaraciones? Aplica uno el oído a ver si se entera de algo, abre, incrédulo, los ojos, trata de reposar y digerir la información y, con tanto ajetreo, le viene un apretón. Va al servicio y, al regresar, hala, ya han descubierto varias empresas más en paraísos fiscales, ya han salido a la luz más nombres panameños, ya anda alguno camino de la trena, ya nos cuentan de fianzas, de más tipos cazados? Y todo en los diez minutos que median entre agarrar el chorizo y tirar de la cadena. Así que entre el atracón, con estreñimiento incluido, de negociaciones, líneas rojas y no pactos y la diarrea de detenciones esto es un sinvivir. Ni sé cómo no nos hemos hecho ya el hara-kiri.

El caso es que la semana ha sido de órdago a la grande y no quieras que va cargado de reyes. Ya se olía algo raro cuando empezaron a salir nombres y más nombres en los papeles de Panamá. Y cayó Soria, que tiene apellido de provincia abandonada e indefensa. Pero él se defendió, vaya que sí, mas con unos argumentos propios del Club de la Comedia o de un mal remedo del Realismo Mágico. No había empresas; bueno, sí las había pero yo no tenía nada que ver; bueno, tenía que ver pero poco; bueno, fui secretario pero ni me acordaba; además, la empresa estaba inscrita en Panamá pero no operaba allí? Cada vez que negaba una evidencia los medios de comunicación le sacaban un papel que la confirmaba. Entonces, don Soria cambiaba de versión y así hasta que se descubrió que tenía una sociedad opaca en el paraíso fiscal de la isla británica de Jersey en pleno Canal de la Mancha, manda bemoles, a la puerta de casa. Y, claro, el ministro que se ha cargado la minería en Castilla y León tuvo que dimitir ninguneado ya por su partido y por los propios compañeros de Gabinete que, minutos antes, lo respaldaban a muerte. Confiaban en su palabra, daban por buenas sus explicaciones, afirmaban que todo se aclararía el lunes durante la comparecencia de Soria en el Congreso? Pues, ni lunes ni martes. Don Soria ya es historia política. Tal vez ahora, sin mando en plaza, salgan a relucir algunos episodios que se cuentan en voz baja por Canarias. En las cuencas mineras de León y Palencia han tomado un vino a su salud. Para champán ya no les queda.

Andábamos tras las andanzas de Soria cuando reapareció Mario Conde. En esta ocasión no salió en una de sus teles pontificando sobre Economía, Ética o Política. En esta ocasión salió en todas a la vez esposado, rodeado de policías y acompañado por un letrero que decía más o menos: Mario Conde, detenido por meter ilegalmente en España el dinero que saqueó de Banesto. ¡Jo, la intervención de Banesto allá por el 93, si parecen cosas del Pleistoceno! Pues se ve que no. La gente casi se había olvidado de aquel latrocinio, pero Conde, no. Tenía la pasta en Suiza, Luxemburgo y varios sitios más y la iba trayendo tacita a tacita (así hasta 13 millones de euros) mientras disfrutaba de pisos, pazos, fincas y empresas sin que Hacienda le reclamara los más de 10 millones que le debe o los 14 de indemnizaciones de los casos Argentia Trust y Banesto. ¿Por qué no le embargó sus propiedades? Misterio.

El personal estaba tan alucinado con estas cosas sorianas y condesas que casi ni se enteró de que don Josemari Aznar ha sido multado con 70.000 euros por querer escaquearse de pagos a Hacienda y que tendrá que abonar otros 200.000 por esos escaqueos, o sea para ponerse al día. El austero y recto expresi fue recibido por Montoro para comentar la jugada. Se ha publicado que Aznar, cabreado, como es habitual, le dijo a don Cristóbal: "No esperaba que los míos me hicieran esto". Montoro replicó: "No esperaba que uno de los míos hiciera esto". ¡Ay, Josemari, Josemari, patriota, más que patriota, qué bien aprendiste eso de que una cosa es predicar y otra dar trigo! ¡Ah! si tienen problemas con Hacienda, pidan cita con Montoro. Digo yo que todos tendremos el mismo derecho que Aznar. Y más si debemos menos al fisco que el papá de la novia de El Escorial.

Y luego está lo de Granada, incluida la detención del alcalde. Un circo, ha dicho el propio Torres Hurtado. Parece que más circo eran los líos urbanísticos descubiertos. Otro prohombre que no era tal. Como los barandas de Manos Limpias y Ausbanc, supuestos paladines de la Decencia, la Ley, la Justicia y demás virtudes. Dicen que su lema era "O pagas o te denuncio". Y así años y años. ¿Quién nos defiende de los defensores? Dan ganas de echar a correr.