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Día tras día

Ahí se les va a ver

Acusan a Guarido de rencor, pero los resentidos son siempre los vencidos

Mal, muy mal, ha sentado en Zamora que el Ministerio de Fomento de la zamorana Ana Pastor haya denegado al Ayuntamiento de la capital la financiación a través del 1,5 % cultural para hacer realidad los proyectos de restauración del Puente de Piedra y del Mercado de Abastos, una petición que llevó a cabo expresamente el anterior equipo de Gobierno municipal, del PP.

El alcalde de la ciudad, Guarido, expresó claramente desde el primer momento sus sospechas acerca de que el ser el de Zamora un Ayuntamiento de izquierdas haya sido la causa del rechazo. El grupo del PP, tan belicoso en otros asuntos, no ha abierto la boca aún sobre este tema. Pero en la calle, la gente está con su alcalde y cree que ese es el motivo y no otro. Del sectarismo ancestral de un partido que asienta viejas raíces en el caciquismo de la España profunda, se sabe bien en la provincia zamorana donde los alcaldes de otros grupos y formaciones suelen ser descaradamente marginados.

De modo y manera que ahora el alcalde va a recurrir a la Junta de Castilla y León que sigue en poder del PP gracias a la colaboración de Ciudadanos, que aunque continúa buscando coartadas se perfila cada vez más como un caballo de Troya en la derecha española, lo que tampoco puede que sea malo. Y ahí se le va a ver a la Junta. Guarido confía en Rosa Valdeón, ahora vicepresidenta regional, aunque solo sea por terminar lo que ella empezó y no terminó siendo alcaldesa de Zamora.

Claro que no es solo eso, pues también se va a reclamar el centro cívico que se ubicaría en el lugar donde se proyectaba construir el centro de congresos que ya no se construirá y que el presidente de la comunidad prometió en un mitin de los suyos. O sea que Herrera y Valdeón van a tener que mojarse en uno u otro sentido, pues ayudas semejantes como la que pide el alcalde zamorano se han dado con profusión en otras provincias para rehabilitar sus mercados de abastos, reliquias arquitectónicas y sociales de una época, pero que al margen de su gran valor artístico, siguen cumpliendo una función importante a modo de comercio de cercanías para la compra diaria y de productos propios de la tierra.

Que Zamora, a la que tanto debe el Gobierno regional, sea atendida en su petición es, pues, lo que se espera, y a ello debiera ayudar el grupo municipal del PP, tan empeñado en lograr acuerdos en otros asuntos como la bajada de impuestos que ha emprendido el actual equipo de gobierno, no ellos. Pero la imagen que están dando es la de estar guiados por el rencor de los perdedores. De eso, de rencor, acusan a Guarido pero los resentidos son siempre los vencidos, no los vencedores, y los españoles de antes y de ahora sabemos un triste y largo rato de esto. Y los perdedores en las urnas son aquellos que aun teniendo más votos no tienen la mayoría absoluta, prueba matemática de que no son la opción preferida.

Aparte de que como para dar lecciones de regeneración democrática están quienes ni siquiera aceptan celebrar elecciones primarias internas, nombran y hacen todo a dedo, los elegidos pasan de un cargo a otro eternamente, y acumulan, junto con el PSOE, los mayores focos de la corrupción nacional.

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