Ya era hora de poner de manifiesto toda la corrupción de una clase política viciada y a la lucha trapera por la caja de caudales pública; los raros tufillos de abusos y demás zarandajas que impregnan la política española han hecho ostensible y notorio lo que sabíamos: que somos un Estado sin Justicia que ha degenerado en parafernalia de gobernantes tiranos, y el pueblo "in albis".

Hace muchos años que empezó el drama político, todo fue por los votos, y degeneró en el abuso de autoridad de los políticos intocables por la justicia desde la ley, y se llegó hasta el asesinato de Estado, a una situación de locura política donde los presidentes se han considerado amos dictadores del cotarro nacional; sin embargo, parece que este presidente de gobierno se preocupa de gobernar y no va regalando España, ni haciendo caprichos.

Comenzó en aquel tiempo cuando el PSOE se estableció como rodillo y el ínclito D. Alfonso Guerra, -politizando la justicia y quitándole el velo de los ojos para hacerla más sectaria-, pronunció públicamente aquellas trágicas palabras: Montesquieu a muerto. Llegó la locura y el desiderátum. Luego, el Sr. Aznar siguió el juego. Después el Sr. Zapatero lo destruyó todo, economía y política. Y los tres han jugado con la Constitución, los tres se han creído presidentes al estilo americano. Entre tanta sandez política, constatamos una locura desatada que nos llevará a un desastre inevitable; la vida no está para que la tutelen personajillos sin valía moral y sin conocimiento, por el simple hecho de colocarse el mote de político y ocupar cargos de responsabilidad otorgados y decididos por los amiguetes del partido.

Ahora tenemos un presidente que está en su lugar de gobernar, es decir: de gestionar los bienes sin interferir en los otros poderes del Estado; que la Justicia haga lo que tiene que hacer. Este hombre está poniendo a la justicia en su sitio; él no es la justicia, él está sometido, como todos, a la ley; hace lo que tiene que hacer, aun a sabiendas que todo lo que haga será mal visto y criticado, que hay mucho bicho malo y mucho tonto tirando piedras a su tejado.

Pero nos llegan los salvadores patrios: Los poderosos contra todo sentido común, los Podemos y D. Pedro Sánchez, el nuevo líder y responsable del PSOE, que juega su baza del socialismo catalán, para no perder votos y establecer una nación de estados libres y asociados: Mas taifas. Este personaje no sabe que nos damos cuenta que cambiar Autonomía por Federalismo, representa romper el Estado; un estado es una nación unida por la ley para el cumplimiento del derecho.

No entiendo por qué, si al PSOE le fue mal con el federalismo catalán, lo quiere para España; este discípulo aventajado de Zapatero, qué estará haciendo, ¿pretende comprar los votos catalanes? A este señorito del PSOE se lo come sin patatas y con patatas el poderoso de Podemos; porque cuando él estaba de diputado y en el consejo de Caja Madrid, el poderoso, estaba aprendiendo en un despachito junto a Chávez en Venezuela.

Deberían de enterarse que el fin de la política es hacer la vida social más fácil a todos y no enriquecer, sufragar, mantener y engreír a sinvergüenzas aprovechados por muy legales que sean sus actuaciones: ¡Qué se vaya esta casta de cínicos insolentes, descocados sin principios! ¡Qué se vayan estos personajes vacíos de ética y de actitud de servicio que son el colmo de la desvergüenza pública! ¡Qué se vaya toda la purrela de los diputados al estilo de Luis Candelas como Gordillo, los responsables de los ERE..., y el presidente extremeño!