Síguenos en redes sociales:

Blogger y Trader Independiente

Toño García

El espectáculo del fútbol y la Bolsa

El aficionado se convierte en inversor de su equipo favorito

Para algunos futboleros, el comienzo de la liga 2014-2015 implica más cosas que las victorias o fracasos de su equipo preferido lleve a cabo. La razón es que algunos clubes de fútbol cotizan en el mercado bursátil de la misma forma que sus jugadores cotizan en el mercado de fichajes convirtiendo, a la vez, al aficionado en futbolero y bolsista de su equipo preferido.

Cuando el fútbol cotiza en Bolsa, su éxito financiero ya no depende de que sea el máximo goleador de una liga determinada. Tampoco depende de haber vendido miles de camisetas de una gran marca de ropa deportiva. Ni siquiera que haya hecho el mejor fichaje para la temporada. Aquí los que mandan son los inversores bursátiles y si estos consideran que un determinado equipo cotiza con una prima superior a la estimada, no dudan en vender parte de su accionariado hasta que la cotización del club sea la ideal para volver a entrar con el fin de especular con su precio. Como casi siempre, el minorista, que es accionista de su equipo preferido por pura simpatía y afición, resultará penalizado porque no vende ante ese escenario bajista por el simple hecho de ser accionista de su equipo y aquí la psicología de seguidor puede más que la de inversor.

Todo esto comenzó allá por el año 1983 cuando el Tottenham Hostpur debutó en Bolsa. Le siguió, en 1991, el Manchester United aunque posteriormente se saldría debido a operaciones de compra-venta de sus accionistas de referencia. Y a estos les siguieron otros clubes hasta tal punto que los creadores del Dow Jones de la Bolsa de Nueva York o el Eurostoxx50 de Europa asumieron la importancia y crearon el índice Stoxx EuropeFottball en el 2002. En él cotizan actualmente 23 equipos (Aalborg boldspilklub, AFC Ajax, AIK Football, Arhus Elite, AS Roma, Besiktas, Borussia Dortmund, Brondby IF B, Celtic, Fenerbahce Sportif Hizmet, Futebol Clube do Porto, Galatasaray, Juventus, Lazio, Olympique Lyonnais, Parken Sport & Entertainment, Rangers int Football Club, Ruch Chorzow, Silkeborg, Sport Lisboa e Benfica, Sporting, Teteks ad Tetovo, Trabzonspor Sportif Yatir) representando la amplitud y profundidad de la industria del fútbol europeo (excepto los equipos españoles) siendo la Juventus el que mayor peso tiene dentro del índice. La incorporación de nuevos miembros se realiza en las revisiones trimestrales del índice y se aprovecha para modificar, si fuese necesario, la ponderación de cada valor. Aunque el club cotizado forme parte del índice, se puede contratar directamente en el Mercado Financiero del país donde cotice con una mecánica idéntica al resto de valores bursátiles.

España no tiene ningún club de fútbol cotizando en ningún mercado bursátil entre otras cosas porque la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) impone unos requisitos que raramente algún club de fútbol los cumple debido a su endeudamiento. Por si fuera poco, los dos clubes más ricos del mundo, como son el Real Madrid y el Barcelona, no lo podrán hacer hasta que no se conviertan en Sociedad Anónima Deportiva. De esa forma, los intentos de salida a cotizar al parqué del Atlético de Madrid, Valencia, Valladolid y Sevilla se quedaron en eso, en un intento.

Muy pocos analistas bursátiles recomiendan a los minoristas invertir en estos valores y si lo hacen es puramente anecdótico pues comparan esta inversión con el juego de la quiniela debido a que las cuentas son muy difíciles de valorar. Las razones son casi obvias: una volatilidad extrema debido a los resultados deportivos que experimente el club junto al acierto o no de sus fichajes, una difícil predicción del comportamiento del valor y, una fuerte dosis de fanatismo por pare del inversor debido a que prefiere perder dinero en la cotización que a salirse del accionariado de su equipo preferido.

Los clubes de fútbol, por el contrario, han encontrado un filón muy grande y cómodo en las salidas a Bolsa: este sitio es el lugar idóneo para lograr la liquidez necesaria para hacer fichajes millonarios y así impulsar sus expectativas de crecimiento. En el otro lado se encuentra el inversor que se mueve más por los resultados económicos que lleva a cabo el club cotizado que los propios resultados deportivos que experimente. Y en el medio está el inversor minorista que se encuentra con unas acciones muy volátiles, poco líquidas y asociadas a factores de riesgos exógenos al club. No nos olvidemos de que para un club de fútbol lo importante son sus resultados deportivos no los logros comerciales, lo que los convierte en empresas atípicas.

Al final, club e inversor se unen con unos pensamientos totalmente dispares lo que supone una amalgama tal que mientras el club está preocupado por el éxito deportivo, el inversor, por el contrario, se interesa por la rentabilidad económica. Difícil y explosiva mezcla.

Pero ahí no queda la cosa. Existen hasta Fondos de Inversión dedicados al negocio de las jóvenes promesas deportivas dentro y fuera del ámbito del fútbol. Por si fuera poco, existen también deportistas que cotizan, como si de una empresa convencional se tratase, en la Bolsa. Este es el caso del jugador de fútbol americano Arian Foster (suspendido de cotización por lesión en la espalda). La suerte está echada: España otra cosa no tendrá pero deportistas de élite los que queramos y más. Cuando se abra este filón hasta podremos hacer nuestro propio Ibex de jugadores.

Pulsa para ver más contenido para ti