En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre el nuevo mapa de titulaciones de las universidades de Castilla y León, entendido como un plan de mejora del sistema universitario a largo plazo. Frecuentemente, las palabras nos envuelven y al final resulta difícil entender lo que significan o lo que prometen.

La historia reciente explica que, todas aquellas personas que lucharon por la construcción del Campus Viriato en Zamora, fueron visionarias. A ese impulso que nació en la rotunda evidencia de «mejor la cultura que las armas», unimos nuestro agradecimiento. Nada de lo que llevamos haciendo aquí desde hace quince años hubiera existido.

Desde su puesta en marcha en 1997, el Campus Viriato ha dado origen a un conjunto de expectativas variadas, según fueran las opiniones de quienes las señalaran. Como actuales responsables de su adecuada gestión, observamos que el día a día nos absorbe y se hace difícil establecer logros a medio y largo plazo. Nos hacemos preguntas como cuál debe ser la misión del Campus en su compromiso con la Universidad de Salamanca: ¿bastaría con cumplir nuestras obligaciones de organización, de desarrollo de las clases, de funcionamiento de los servicios y el cumplimiento de los deberes de cada colectivo, profesores, PAS y alumnos? Nos preguntamos también sobre la operatividad del Campus en su compromiso con la ciudad y la provincia de Zamora: ¿es suficiente con acoger a los estudiantes y situarlos en un proceso de enseñanza y aprendizaje? ¿Resulta lo más conveniente para un tiempo tan crítico como el que vivimos?

La Universidad de Salamanca agrupa tres campus periféricos y nos conceden unos recursos (¿suficientes/insuficientes?) para realizar nuestra tarea formativa. Es nuestra responsabilidad trabajar la confianza en nosotros mismos, en toda la comunidad universitaria zamorana. Es fundamental ampliar nuestra visión de conjunto, aumentando así la influencia de nuestro esfuerzo diario en la mejora de la coordinación de nuestras acciones. Es preciso que nos demos a valer, que atraigamos la atención de las autoridades académicas sobre nuestro quehacer profesional. Hacer todo lo posible por poner en valor nuestros logros. Sentirnos satisfechos de lo realizado con la intención de situarnos mejor en el presente y asegurar con datos rigurosos nuestro futuro. Un porvenir que debería ser ya presente en relación con nuestros compañeros de viaje, la Escuela de Enfermería y la de Relaciones Laborales. Todos hace tiempo que deberíamos estar escribiendo el futuro del Campus Viriato para los próximos diez años.

No podemos exigir al rectorado que reconozca nuestras fortalezas sino las mostramos con rotundidad, dando muestras regulares de presencia en el ámbito universitario (que no de ausencia), de actividad (que no de atonía) y de creatividad en proyectos de índole innovadora.

Hay seguramente muchas opciones de proyectos para las Escuelas Universitarias. Desde la Feria de Bienvenida al programa Culturalcampus que ahora se ha presentado. Ambos son buenos ejemplos de esfuerzo común, de objetivos compartidos que producen mejores perspectivas para la comunidad universitaria y para la ciudadanía que puede ver en el Campus un espacio social más accesible.

Culturalcampus es un proyecto que propone a la comunidad universitaria una perspectiva interdisciplinar de enseñanza humanista, científica y global. Las actividades que se proponen en las tardes de los miércoles, tratarán de reforzar el valor de la cultura como mecanismo de conexión entre los conocimientos académicos adquiridos y la aproximación a esta sociedad compleja, a veces disparatada y a veces emocionante, que es nuestro entorno vital.

* Directora de la Escuela Superior Politécnica y director de la Escuela Universitaria de Magisterio