Finalmente, y cuando ya se ha acabado la Semana Santa, parece que la razón se ha impuesto mayoritariamente y que los pretendidos lazos blancos en procesiones y pasos como expresión de protesta por la reforma de la Ley del Aborto, han sido en toda España una minoría tan exigua que han hecho pasar desapercibido un asunto que fue polémico y muy debatido unas semanas atrás, cuando desde Andalucía surgió la iniciativa de solidarizarse con la campaña episcopal contra la norma dando fe del sentimiento cristiano de hermandades y cofradías semanasanteras.

La idea se extendió rápidamente, aunque no en todos los lugares tuvo la misma buena acogida que se le dispensó en el sur al principio. Y pronto se dejaron escuchar las primeras voces discordantes y contrarias a la utilización de la Semana Santa como vía de expresión que pudiera tomarse como una politización o incluso frivolización de la conmemoración religiosa. En Zamora, el presidente de la Junta de Cofradías fue el primero que aun dando libertad, por supuesto, a las hermandades para que cada una tomase su propia decisión al respecto, rechazó la posibilidad de una protesta conjunta. Un destacado y veterano cofrade zamorano aseguraba que lo de los lazos blancos sería tan contrario al sentido estatutario como colocar publicidad en los faldones de los pasos. La reacción en casi todas las partes, tanto en Andalucía como en Castilla y León por citar las dos celebraciones de mayor abolengo y mayor número de visitantes, fue la misma: solidaridad con la postura de la Iglesia, firma de manifiestos contra el aborto y protestas en formas de actos litúrgicos, sí, pero lazos blancos, no.

Y así parece que ha sido, en general, aunque tampoco han faltado algunas excepciones, pues se vieron lazos en algunas procesiones de estos días en sitios como Jaén, Cádiz, Melilla y Granada, lo cual, además, originó algunos problemas internos a los organizadores. Ha habido costaleros que se negaron a salir en el último minuto cuando se procedía a la colocación de los símbolos, lo que causó fuertes discusiones. Tampoco ha faltado algún enfrentamiento entre cofrades que mantenían criterios diversos. E incluso al desfilar alguna imagen con el lazo blanco se pudieron escuchar abucheos de alguna parte del público, rompiendo la devoción y compostura tradicionales.

También se han detectado otras reacciones, como esa carta de Facua, una asociación de consumidores y usuarios, al delegado del Gobierno en Castilla y León, el zamorano Miguel Alejo, pidiéndole que se impidiese que desfilasen las cofradías que saliesen con lazos blancos si no hubiesen solicitado antes permiso gubernativo al entender tal asociación que si un acto religioso es convertido en una reivindicación política, y para Facua así es, ha de contar antes para ello con la licencia correspondiente. Tan lejos llevó la demagogia o la provocación que llegó a reclamar que en caso de incumplimiento se prohibiese tal procesión e incluso se disolviese por los antidisturbios. Pero lo cierto es que el tema de los lazos blancos parece haberse diluido en el mismo espíritu de la Semana Santa.