Como en la primera jornada, el agua fue el enemigo principal de la XVI Muestra de Folk. Una tromba de agua impidió que los actos se llevaran a cabo en la plaza de la Catedral y la Casa de los Gigantes -actual Museo Lobo- se convirtió en el principal aliado para no echar a perder del todo el festival.

Cántabro de origen, el murciano Manuel Luna dio algunas pinceladas de su interesante repertorio musical en una versión reducida, acústica. Se trataba de no quedarse con las ganas de escuchar los acordes de los instrumentos de su grupo, rescatando el género musical de las parrandas.

También el homenaje a Pepa Diebra y Rosa Olivera se produjo a cubierto, entre las obras de arte de Baltasar Lobo. Los integrantes de la Asociación Etnográfica Bajo Duero -al menos, así estaba previsto- se pusieron a cubierto para completar la nueva edición de la Muestra de Folk, esta vez deslucida por el agua, aunque las notas de la música tradicional no se dieron por vencidas.