Paula Manteca es responsable de Calidad en Cobadu, la cooperativa agroalimentaria más importante de la provincia de Zamora y de Castilla y León. Ella será, además, una de las ponentes en la gala que mañana, jueves 17 de noviembre, otorgará los premios eWoman Zamora 2022, que reconocen la labor profesional e innovadora de mujeres emprendedoras con proyectos destacados en diferentes sectores

–¿Cuáles son sus funciones en Cobadu?

–En la cooperativa, donde llegué hace casi cuatro años, me encargo de la responsabilidad de la calidad en fábrica. En las instalaciones centrales de Cobadu se producen anualmente más de 700 millones de kilos en sus tres fábricas de pienso, alimentación animal que llega a las granjas de nuestros socios repartidas por toda la geografía. Por eso la trazabilidad es imprescindible para nosotros, controlarla nos permite ofrecer una mejor atención a nuestros socios, y esta es mi responsabilidad.

–¿Cuál ha sido su trayectoria hasta alcanzar este puesto?

–Estudié Ingeniería Química en la Universidad de Salamanca, porque siempre tuve claro que quería ser ingeniera, y una provincia como Zamora, a la que pertenezco, me ha dado la oportunidad de desarrollarme como profesional dentro de la industria agroalimentaria. Curiosamente, las primeras prácticas las desarrollé en Cobadu, donde estoy actualmente. Pero antes ocupé la responsabilidad de calidad en una industria cárnica. Hace cuatro años, llegué a Cobadu para formarme en el puesto que ocupo actualmente junto a Sebas, compañero jubilado con el que quiero tener un recuerdo.

–¿Ha encontrado dificultades añadidas en su carrera por ser mujer?

–Sinceramente no, soy consciente de que en algunas empresas existen dificultades, pero creo que no debemos generalizar. En mi carrera profesional no he encontrado trabas en mi desarrollo por mi condición de mujer. Creo que, lo que he conseguido, me lo he ganado como profesional. Pero no por ello debo sentirme agradecida, sino que es algo que no debe ser distinto a hombres y mujeres.

–¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer dentro de esta cooperativa?

–En estos cuatro años de experiencia en Cobadu he visto como cada vez hay más presencia femenina en puestos de responsabilidad en muchos departamentos. Por ejemplo, en mi caso y hasta mi llegada, en el entorno de fábrica no había mujeres, y desde mi llegada, tengo que decir que a mi paso solo he tenido colaboración de todos mis compañeros.

Paula Manteca, responsable de calidad de Cobadu, en las instalaciones de la cooperativa de Moraleja del Vino. | Cedida B. E.

–En su experiencia, ¿las profesiones relacionadas con el campo siguen siendo un mundo dominado por hombres?

–El sector primario no es un mundo dominado por hombres, y esta forma de verlo creo que no hace ningún bien. Podemos hablar de que en el campo predomina la actividad masculina, por supuesto, porque es una realidad, aunque sin olvidarnos de todas las mujeres anónimas que, en un negocio nombrado en masculino, se han echado a la espalda toda la actividad. Estamos frente a una agricultura y ganadería en constante evolución que requiere una profesionalización cada vez mayor, y ahí es cuando estamos observando que las mujeres estamos impulsando explotaciones, empresas, cooperativas, industrias… Ya no es raro coincidir en la vida profesional o social con mujeres que, como yo, se sienten parte de este sector.

–Seguro que en su trabajo en Cobadu ha conocido infinidad de ejemplos de mujeres que sacan adelante explotaciones agrícolas y ganaderas.

–Al fin y al cabo, mi labor se encuentra en las instalaciones centrales de la cooperativa, mis relaciones del día a día son con compañeros y compañeras, transportistas, proveedores… No tengo la suerte de vivir el día a día de centenares de mujeres que me consta, son ejemplo de desarrollo rural en sí mismas. Por eventos como el de e-Woman, o por conversaciones con mis compañeras veterinarias, es más fácil ponerle cara a estas mujeres ejemplo de nuestro sector, y de vida.

–¿Qué cree que necesitan las mujeres rurales para que haya más ejemplos así, que se atrevan a emprender o a tomar las riendas de las explotaciones familiares?

–Estamos en un momento complicado para el sector, y hoy en día lo primero que se necesita, siendo mujer o no, es rentabilidad y facilidades para este tipo de actividades. Iniciarse en este sector por cuenta ajena, sin ningún apoyo, desde mi punto de vista es imposible, y se necesitan tanto una base económica, como la ayuda por parte de una cooperativa.

–¿Qué papel puede jugar el cooperativismo en este sentido?

–Como comentaba anteriormente, para emprender una actividad dentro del sector es imprescindible estar amparado bajo un paraguas como el que ofrecen cooperativas como a la que pertenezco. ¿Cómo? Lo bueno de las cooperativas es que ofrecen un abanico muy amplio, y puedes incorporarte a aquellos productos y servicios que te interesen. Estamos desde el primer paso, que es incorporarse al sector o hacer el primer proyecto, hasta el último que puede ser entregar las producciones ganaderas, un recorrido de acompañamiento, en mi opinión indispensable para que sigan adelante.

–¿Cómo valora la importancia de iniciativas como los premios eWoman Zamora?

–Considero que es muy importante reconocer el valor de estas mujeres que luchan en los distintos sectores, y estos premios son una muestra de la cantidad de ejemplos de vida femenina con los que contamos en nuestra provincia. Es un día puntual sí, pero que comienza a generar movimiento femenino prácticamente un mes antes, y su repercusión se extiende en el tiempo. He tenido el placer de participar en ocasiones anteriores, y de verdad que como mujer y zamorana, es todo un orgullo.

–¿Qué mensaje pretende transmitir en su ponencia durante la entrega de premios?

–Haber llegado con 29 años a una cooperativa como Cobadu fue todo un reto para mi, como profesional pero también como mujer, porque sabía que el entorno productivo era sobre todo masculino, pero eso nunca me dio miedo. Transmitiré mi deseo para que las jóvenes de mi generación y venideras, entonen el motu proprio para formar parte del tejido empresarial sin llevar la etiqueta de mujer, sino de lo que somos, profesionales sobradamente preparadas para afrontar los retos que nos plantea el mundo laboral.