Baloncesto | LEB Plata

El CB Zamora Enamora alarga su lucha por el ascenso a LEB Oro

Odilo logró igualar la eliminatoria al descanso (34-43)

Cartagena da el salto de categoría y los zamoranos lo intentarán a través del play-off

Paz Fernández

Paz Fernández

No pudo ser y el CB Zamora deberá buscar el ascenso a LEB Oro por la vía larga, por la del play-off. Los zamoranos no pudieron aguantar su pequeña renta de la ida ante un Cartagena que supo jugar mejor sus bazas en un encuentro en el que la eliminación de Pauksté fue clave. Al final un 78-94 que obliga a los de Saulo a reengancharse al play-off y luchar por un merecido ascenso con el que coronar su magnífica temporada.

Desde antes de comenzar, el encuentro en el Ángel Nieto era ya un choque histórico y este 20 de abril de 2024 iba camino de ser inolvidable. La plantilla zamorana estaba a 40 minutos de conseguir un hito que no se había alcanzado antes para coronar así una temporada inmejorable y certificar un más que merecido ascenso que tendrá que esperar unas semanas más.

Con una renta de 9 puntos tras el 60-69 con el que se regresó de Cartagena hace una semana, arrancó la segunda parte de una "gran final" en la que los de Saulo Hernández estuvieron alentados en todo momento por cientos de seguidores (casi 2.000) que colgaron el cartel de "aforo completo" en el pabellón de la capital del Duero. Era importante controlar la presión, los nervios y las dudas frente a un rival muy potente y que desembarcó en Zamora dispuesto a quemar sus naves, como quedó demostrado.

Con un ambientazo y un cinco inicial formado por Jonas, Erikas, Powell, Round y Buckingham arrancó el partido más importante en la historia del CB Zamora. Fuerte ritmo, intensidad y primeros puntos de la tarde obra de Buckingham que acercaban un poco más el objetivo. No tardó Cartagena en contestar, demostrando que si los locales querían la LEB Oro la iban a tener que sudar. El encuentro entre los dos mejores equipos de la LEB Plata estaba cumpliendo con las expectativas, y el mejor CBZ no tardó en aparecer. El 9-2 que se veía en el marcador en el minuto 3 de encuentro daba pie a la esperanza, más aún viendo el nivel de concentración con el que había saltado la plantilla de Saulo Hernández a pista, evitando concesiones y anulando el juego rival. El acierto en el rebote estaba resultando clave en un espectacular comienzo, siendo conscientes de que el nivel del oponente no permitía levantar el pie (10-5, min. 5). Intentaba reaccionar Cartagena probando suerte desde la línea de 3 mientras que Saulo empezaba a mover el banquillo dando entrada a hombres como Naspler, Peris, Shelist o Traoré para repartir minutos y hacer gala de ese juego colectivo del que siempre puede presumir este equipo. Las sensaciones eran positivas y el nivel altísimo, con un desgaste absoluto de una plantilla que no se estaba reservando nada. Poco a poco Odilo adquirió ese acierto que se le había resistido y se acercó en el electrónico, hasta prácticamente igualarlo y es que quien pensara que este reto iba a ser fácil, se equivocaba de pleno.

VÍDEO | Ambientazo previo al partido clave del CB Zamora

I. F. / F. E.

Con un 17-16 (recordando el +9 de la ida) arrancó el segundo parcial. Un triple de Jordá, al que contestó el “20” de Zamora dejaba patente que nadie iba a bajar el nivel. Sin embargo, Odilo ya estaba en su máximo y sacó renta de su mejor baloncesto para ponerse por delante en el marcador con un peligroso 19-26 que obligaba a Saulo Hernández a pedir un tiempo muerto. Era el momento de recuperar sensaciones y así se intentó. Dos triples consecutivos de Buckingham y Powell suponían la mejor inyección para los de casa, más aún viendo que el tejano volvía a sobresalir y a liderar con su mejor versión (29-30, min. 15), pero no era suficiente. El tiro exterior y las faltas locales eran la mejor arma de los de Jordi Juste que buscaban como primer paso igualar la final, algo que lograron en el minuto 17 al poner el 31-40 en el marcador. Se buscó un arreón final pero los de Saulo necesitaban sacudirse miedos y presión de cara a una segunda parte a la que se llegó con un 34-43, con Pauksté con tres faltas y la eliminatoria igualada.  

Eliminatoria igualada al descanso (34-43)

Se reinició la final con un Odilo que pareció salir más enchufado. Un parcial de 0-5 ponía en jaque el ascenso, pero quedaba un mundo por delante, y la tensión iba en aumento. Un triple y un libre de Powell y un gran mate de Round parecieron ser el punto de inflexión para recuperar mejores sensaciones en el pabellón que se volcó con los suyos. Los cánticos desde la grada de la “marea azul” espolearon a un CBZ que se sacudió complejos y volvió a tomar ventajas en el cómputo global de la final que, aunque pequeñas, daban confianza. Mediado el tercer tramo, Pauksté veía la cuarta personal y Saulo se veía obligado a reservar a su “techo” en un momento clave. El partido se iba calentando y aunque el CBZ aguantaba el envite y mandaba en la eliminatoria, Cartagena confiaba en sus opciones. Cargados de faltas en ambos bandos y con un nivel de exigencia máximo se llegó a último parcial con todo por decidir (59-64).

Quedaban diez minutos para la gloria. Un 0-5 ponía a Cartagena por delante en el global, pero Powelll recuperaba renta desde la línea de 3 y Jonas, de nuevo en pista, ampliaba. La lucha de titanes en brutal, y Zamora y Odilo intercambiaron golpes demostrando porqué han llegado hasta aquí. A falta de 5.39 se cumplía el peor de los presagios y Jonas Pauksté era eliminado al ver la quinta falta. Era el momento de apretar dientes, pero Odilo supo aprovechar las dudas locales y puso un +6 en el marcador total. El acierto estaba dando la espalda, pero había tiempo para recuperar esa chispa y JP lo intentó con un +3, mientras que desde las gradas se recordaba el ¡sí, se puede! Buckingham ponía el ascenso a 4 y el Ángel Nieto rugía como nunca. Quedaba un minuto y medio para la épica y el convencimiento de que era posible regresó a los jugadores. Restaba un minuto y se estaba uno abajo en la final. Odilo anotó de tres y luego dos libres más para ponerse en un +6 a falta de 21 segundos., dejando todo a expensas de un milagro que se intentó pero no fue posible.