Entrevista

Kaba Gassama: "Hay muchísimas barreras en el deporte por ser mujer y negra"

La jugadora de balonmano de Granollers expone en EL PERIÓDICO una trayectoria de deporte y reivindicación

Kaba Gassama.

Kaba Gassama.

Laia Bonals

La lucha es inherente en la familia Gassama. Issaga Gassama llegó a España hace más de 40 años procedente de Senegal. Luchó durante años para conseguir los papeles, que logró 10 años después. De su lucha, y junto a la de su pareja, Foune Cissokho, nació un mundo de oportunidades para sus cuatro hijos. Todos ellos se dedican al balonmano profesional. Kaba (Granollers, 1997), la pequeña, jugadora del SG BBM Bietigheim alemán, ha tenido que superar un doble obstáculo hasta erigirse como una de las referentes de este deporte: ser mujer y negra.

¿Qué propició su amor por el balonmano?

En Granollers se practica muchísimo el balonmano, muchísimo. Yo empecé en la escuela con un torneo y en los últimos días un entrenador me dijo si quería ir a entrenar con el Balonmano Granollers. Le dije que sí, porque tenía a mi hermano que jugaba. Era un pelín más fácil y así es como empecé con 12 años.

¿Comenzó como un hobby o ya quería dedicarse al deporte?

Tenía mis amigas allá también e iba a pásarmelo bien. Hasta que llegué a la etapa juvenil, que tendría unos 15 años, y fue cuando el primer equipo subió a Primera División. El entrenador vino a hablar conmigo y me propuso hacer la pretemporada con ellas Me quedé... "¿Yo? ¿Con el primer equipo?". Así empezó mi carrera profesional, a pesar de que yo con aquella edad no era consciente.

¿En casa se lo tomaron bien?

Mis padres estaban encantados. En casa siempre ha habido deporte en la televisión. Ya sea balonmano, fútbol, baloncesto, tenis, waterpolo, de todo. Y mis hermanos ya hacían, así que para mí fue mucho más fácil. 

Kaba Gassama, con la selección española.

Kaba Gassama, con la selección española.

¿En su grupo de amigos era normal que las chicas jugaran a algún deporte?

Para nada. De hecho, en el grupo de amigos solo yo jugaba a balonmano y mi mejor amiga estuvo dos años haciendo voleibol.

Echando la vista atrás, ¿cómo ha sido el camino hacia la profesionalización?

Hay muchas barreras por ser mujer y por ser negra. Lo sufrí. Era pequeña y no era consciente, pero eso me generaba un gran malestar. No debía hacer deporte porque soy mujer, pero tampoco porque la comunidad negra no lo ve con buenos ojos. Tenía las dos cosas. Y fue complicado.

¿Qué tipo de situaciones vivió?

Recibí comentarios, sobre todo de amigos de mis padres. Pero después yo pensaba: "¡Si mis padres están encantados!". ¿Por qué tenía que hacer caso a la gente que no quería que yo hiciera deporte? Poco a poco empecé a apartar a esta gente de mi vida, de mi camino, para seguir trabajando.

¿Cómo le afectaban estos comentarios?

Llegaba a casa y estaba todo el día enfadada porque había escuchado un comentario que no me gustaba. Venían mis padres, me hablaban y yo estaba enfadada y ya contestaba mal. Con mis hermanos también. Quieras que no, era un ambiente que no era agradable. 

¿Cómo ha aprendido a gestionarlo?

Con el tiempo. Es triste que lo diga, pero te acabes acostumbrando a escuchar los comentarios y dices: bien, otro a la lista. Y es triste que lo diga, pero ha sido así.

¿Qué es lo que falta para que estas barreras empiecen a caer?

Es complicado ser deportista y mujer, porque no solo trabajas por tu deporte, sino que también tienes que trabajar para que tu deporte sea visible para el deporte femenino. Y sí que es cierto que a veces te dices... Estoy cansada, necesito que todo sea mucho más fácil. ¿Por qué yo? ¿Por qué tiene que ser difícil? ¿Si mi hermano, por ejemplo, no lo tiene tan complicado? Ahora es un poco más fácil, pero todavía queda mucho de camino.

¿Pesa demasiado esa carga?

Sí. Y yo también tengo la lucha por ser negra, que yo lo acepto y me gusta. Es un tema del que me gusta hablar y que cada vez que puedo lo hago porque creo que es necesario. Pero sí que es cierto que a veces piensas... No, solo soy Kaba Gassama, jugadora de balonmano, y ya está. Depende del día, cuesta llevarlo más o menos, sobre todo cuando estás más cansada porque tienes otras cosas en la cabeza. En esos momentos, cuando añades esto, es mucho más pesado. Es una gestión que tienes que hacer desde que eres profesional, que tienes este cargo también. Eres deportista y reivindicativa. Va de la mano.

El deporte femenino ha evolucionado mucho desde que usted empezó. ¿Hay más oportunidades para las que empiezan ahora?

Ahora quizás es un poco más fácil porque nosotras, en nuestra época, abrimos el camino para las niñas. Supongo que ellas, cuando sean más grandes, tendrán que abrir el camino para las nuevas generaciones.