Iván de Uña, conocido deportivamente como Malaguti, uno de los jugadores más queridos por la afición del Caja Rural Atlético Benavente, anunció ayer a través de las redes sociales que no volverá a vestirse de blanquiazul esta temporada. El jugador publicó un comunicado en el que daba por cerrada su etapa como miembro del equipo de La Rosaleda, abandonando la escuadra de Chema Sánchez con bastantes meses de competición por delante en Segunda División.

“Llegó el día que no imaginaba que llegaría. Ya no vestiré los colores del Atlético Benavente esta temporada”, encabezaba el texto con el que Malaguti se despedía de la afición blanquiazul, añadiendo: “los colores de mi pueblo, los que tantas alegrías me han dado y me han hecho ser el jugador que soy hoy en día”.

El jugador, uno de los referentes en las últimas temporadas del Caja Rural Atlético Benavente, agradecía a la afición “el apoyo que he tenido siempre por su parte”, destacando a las peñas Esquina Supporters y al Frente Blanquiazul, pero sin olvidar “a todos los aficionados de Benavente que han estado a mi lado y me han apoyado”.

El capítulo de agradecimientos en la despedida de Iván de Uña prosigue con un “gracias a todo el equipo y a todo el club en general” por darle la oportunidad “desde el primer día” de dejarle “formar parte de este gran club”.

Malaguti, consciente de la difícil situación por la que atraviesa en Segunda División el Caja Rural Atlético Benavente y a pesar de su elección de abandonar por la puerta de atrás la entidad benaventana, no dudó en desear que el club saque “adelante esta temporada” y que se salve “porque este club tiene que estar en Segunda División muchos años y, por qué no, en Primera División”.

Con un “Gracias, gracias de corazón” en letras mayúsculas cerraba el texto de su adiós Iván de Uña. Una inesperada marcha que, según los rumores, nace de una complicada situación para el jugador dentro del vestuario comandado por Chema Sánchez, habiendo incluso quedado el jugador fuera de convocatoria en alguna jornada por este motivo. Una tensión insostenible, fruto también de la marcha del equipo, que podría deparar nuevas salidas.