Carlos Garrote ha retomado los entrenamientos. Después de varias semanas en las que el palista zamorano ha estado muy afectado por toda la polémica que ha envuelto al mundo del piragüismo, con acusaciones de presuntos amaños hacia el entrenador Miguel García y Saúl Craviotto en cuanto al K-4 nacional que acudirá a los Juegos Olímpicos de Tokio, el velocista ha decidido volver al trabajo al máximo nivel. A pesar de que continúa en un estado anímico bastante bajo (tal y como relatan los que le rodean), Garrote ha cogido fuerzas y ha regresado a Madrid donde mantiene sus entrenamientos en el embalse de San Juan, junto a Luis Brasero y se mantiene a la espera de novedades jurídicas, y es que ahora mismo es lo único que puede hacer. Él mismo, en las redes sociales, lanzaba un mensaje en el que aseguraba: “Volver a intentarlo siempre fue bonito y si es con una sonrisa más”.

A partir de ahora serán los jueces los que decidan si hubo irregularidades en el proceso selectivo y también se pronunciarán sobre las acusaciones que recibieron miembros de la Federación Española sobre si permitieron irregularidades en el proceso.

Los que están junto a Garrote siguen “confiando en la justicia” y en las posibilidades de que el velocista zamorano del Durius Kayak acuda finalmente a Tokio. Por el momento, la RFEP no ha vuelto a pronunciarse y se mantiene en que son Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade los tripulantes titulares de la cuádruple embarcación nacional, mientras que Garrote y Toro quedan como suplentes.