Si se afirmara que en el embalse de Ricobayo hay oro, muchos zamoranos no dudarían en salir de su casa a buscarlo rápidamente. Irían a la caza de fortuna y rebuscarían hasta dar con él. Pues bien, dicha zona tiene oro pero no en la forma que cabría esperar pues, en lugar del dorado metal, la valía de la zona tiene forma de pez. Se trata del Black Bass o perca americana, una especie introducida hace años en España cuya industria lejos de nuestras fronteras genera más volumen de negocio directo e indirecto que la NBA. Y no por su sabor sino por su valor deportivo. No en vano, en el continente americano, se le conoce como "el pez del millón de dólares" y los concursos de su pesca se retransmiten por ESPN como si de la Superbowl se tratara. Un espectáculo cuyo protagonista conoce bien un pescador zamorano.

Carlos Martín González ha centrado su tiempo libre durante los últimos 40 años en estudiar, sin descanso, cada pormenor de la perca americana. Una labor que, unida a la tenacidad que siempre demostró en sus otras aficiones (como las maquetas), le ha llevado a ser una de las voces autorizadas en la península a la hora de conocer los entresijos de la pesca deportiva del Black Bass. Tanto es así que, ahora mismo, visita con frecuencia Portugal para impartir clases a otros pescadores.

Este zamorano, ávido de conocimientos, recuerda bien el inicio de su pasión por la perca americana. "Cuando tenía 10 años mi padre me levantaba a las cuatro de la mañana para ir a pescar al Embalse de Almendra pero, en lugar de quedarme con él esperando que picaran las carpas, a mi me llamaban más la atención unos peces verdosos que había en la orilla", relata sobre sus inicios, reconociendo que le entretenía más "coger una lombriz y tratar de pescar aquellos peces que lanzar la caña".

Aquel niño no tardó en crecer y querer conocer más sobre ese animal de sangre fría. "Lo primero que hice fue comparar un libro americano, aunque estaba traducido, ya que sabía que era un pez que venía de Norteamérica", detalla, reconociendo que pasaba casi más tiempo en casa estudiando al Black Bass que en el embalse. "Para pescar este pez tienes que hacer un poco de biólogo. Conocer la especie, su ciclo, su comportamiento...", asegura Martín quien apunta a ese aspecto como el que da valor al Black Bass. "Es un depredador muy inteligente, menos grande que otros, pero con los sentidos más desarrollados. Se dice que es el más luchador por gramo que existe en un embalse y, por ello, es el más complejo de pescar", destaca, apostillando: "Eso es lo que hace que sea el gran protagonista de la pesca deportiva".

Esa complejidad también atrajo desde el primer minuto a Carlos Martín que, pese a no contar con muchos medios, no cejó en su empeño por ampliar su experiencia y mejorar sus dotes como pescador de Black Bass. "Yo empecé a pesar solo, quizá por ello no me dediqué a competir. Me parecía muy cansado tener que desplazarme a Cáceres yo solo para intentar ganar un trofeo. Prefería hacer amigos y difundir mi pasión", rememora este zamorano que, sin embargo, encontró premios y reconocimientos por otra vía: la enseñanza. "Compraba señuelos en la Armería Paco y allí me comentaron que podía dar unas clases sobre el pez en el club. Así, en Los Peñones del Duero y por mediación de Curro, me dediqué a dar clases a niños", comenta con cariño para reconocer que aquellos momentos "valen más que una medalla". Una frase que, en su caso, no podría ser más cierta.

Con intención de transmitir sus conocimientos, Martín consideró que debía ampliar aún más sus horizontes en la pesca del Black Bass y no cejó en su empeño por convertirse en un gran experto. Una labor en la que encontró un gran aliado, internet. La llegada de la gran red le permitió explorar como nunca y formarse a un nivel que jamás imaginó. "Comencé a comprar señuelos en Estados Unidos, ver vídeos de pescadores extranjeros para entender sus montajes o pedir material a Japón. Todo trataba de ponerlo en práctica y sacar conclusiones de ello", admite, en un esfuerzo que le llevó a convertirse en una de las voces más autorizadas en la pesca de la perca americana gracias a su dominio del Finesse, técnica japonesa poco conocida en Europa cuyos detalles perfeccionó por su cuenta y que le abrieron las puertas al reconocimiento más allá de Zamora.

"Todo arrancó con la visita de unos portugueses con los que entablamos amistad y nos invitaron a allí a pescar", reconoce, antes de entrar en materia sobre la labor que lleva en la zona de Torre de Moncorvo. "Cuando me vieron pescar con Finesse me pidieron que ofreciera clases sobre la técnica y no pude negarme. Lo que no me esperaba era dar clase a sesenta pescadores expertos o acabar formando parte de unas conferencias sobre turismo rural en presencia del alcalde", relata Martín que, a día de hoy, es una de las figuras que colaboran en la expansión y crecimiento de la zona a través de la pesca. Allí, Carlos Martín comparte mesa con figuras de la talla de Joaquím Moio (tres veces campeón mundial), algo que reconoce "pone los pelos de punta" en un principio pero que acaba siendo muy satisfactorio pues "no todos los días te escucha con atención o te felicita por tu exposición un pescador de esa talla". Una tarea en la que también relata experiencias como las que ha vivido en el embalse de Cijara, el más destacado de España cuyos pueblos cercanos "guardan lanchas en naves ganaderas" ya que sale más rentable.

Las más de dos décadas de esfuerzo y tesón empleadas por este zamorano, horas de estudio y charlas con pescadores de otras zonas cuando la ocasión así lo permitía, han puesto a Carlos Martín en el mapa de la pesca de Black Bass. De hecho, ahora mismo no solo viaja con frecuencia a Portugal para tutelar a otros pescadores, también ofrece sus consejos en tutoriales de Youtube donde muestra a través de vídeos diferentes montajes y materiales. Tal es su dedicación a la enseñanza de esta práctica que, entre otras anécdotas, aconseja a amistades que compiten en el continente americano. Y tal es su trascendencia que, a día de hoy, es uno de los pocos pescadores nacionales que reciben el apoyo de la marca Herakles, una firma de primer nivel mundial.

Ahora mismo, a sus 54 años, Martín se encuentra más que satisfecho con los réditos que su pasión por el Black Bass le ha ofrecido, aunque quizá parezcan pocos si se tiene en cuenta que su millonaria industria genera, solo en España, cerca de 250 millones de euros. Sin embargo, con el futuro en mente, hay un aspecto de la pesca en la que a este pescador le duele no haber triunfado: Hacer de Zamora un punto clave en el mapa de la perca americana.

"Aquí tuvimos la ocasión de obtener petróleo pero la dejamos escapar", afirma con pesar, echando la vista atrás cuando hace años se celebró en la provincia la competición conocida como EuroBass. "Era un concurso en el que profesionales americanos venían a competir con aficionados europeos y nos ganaban por goleada", recuerda para recalcar que "ahora mismo sería imposible algo así porque el embalse no está en las mismas condiciones". Y es que, según apunta Martín, "la suelta ilegal, un problema que afecta a todo el país, ha hecho mucho daño al embalse de Ricobayo". "Ahora mismo, la lucio-perca ha desplazado al Black-Bass. Su comportamiento, similar al del lobo, y el hecho de que críe con facilidad y crezca muy rápido ha modificado el comportamiento del resto de peces", comenta, destacando que "es una situación reconducible pero requeriría de varios años y trabajo". Una labor en la que entran en juego también la legislación vigente y las zonas a explotar.

Cuando se le pregunta a Carlos Martín si Zamora podría contar con este atractivo para atraer mayor turismo y beneficiarse del Black Bass, el pescador no duda de la posibilidad. "Zamora puede tener ese atractivo. Mucha gente viene a pescar a nuestros embalses y la perca americana tiene gran tirón. El daño hecho en Ricobayo se puede subsanar pero, mientras tanto, habría que intentar buscar dinamizar otras zonas como podría ser el río Duero", expone, añadiendo: "Suponemos que existe una gran problación en sus aguas pero, para extender la práctica y potenciar ese turismo se deberían adaptar leyes y dar permisos para pescar con diversos aparatos como el "pato" (un flotador para poder pescar lejos de la orilla"). Al final, esas facilidades llevan al pescador a otros embalses como los de Extremadura o Portugal.

En ese sentido, este experto zamorano en Black Bass no duda en afirmar que él, siendo uno de los referentes locales, se ve más "pescando en Portugal" que en las aguas que le vieron crecer. "Me encantaría hacer más por Ricobayo pero no ha habido una respuesta muy positiva a todo lo hecho en los últimos años. Sin embargo, en Portugal, siempre están dispuestos a mejorar. Son grandes pescadores y están teniendo una gran progresión social porque no son tímidos a la hora de pedir ayuda o a dar pasos hacia delante como en catalogar a este pez de interés deportivo", confiesa pese a que no duda que Zamora y pesca puede ser un binomio que de mucho que hablar en el futuro con nombres como Pablo Peláez, actual campeón regional de su categoría.

Habrá pues que esperar para conocer si Zamora puede ganarse un lugar en la pesca de ese depredador conocido como "el pez del millón de dólares". Una fortuna en forma de perca que ahora mismo tiene en la zona de Vilarelho da Raia su particular paraíso, donde cientos de personas acuden con sus cañas a disfrutar de su pasión. Esa que tuvo siempre desde pequeño Carlos Martín González, el zamorano que comenzó como un tenaz autodidacta en el Black Bass para pasar a ser todo un maestro del oro oculto que reside en Ricobayo.