Tras decir adiós entre lágrimas en un Ruta de la Plata abarrotado para la ocasión, el Zamora CF puso fin a la campaña sin conseguir el objetivo marcado. El conjunto rojiblanco peleó por ascender a Segunda División B pero se quedó sin el salto de categoría en un final de temporada en el que los pupilos de David Movilla mostraron una imagen muy alejada a la de meses anteriores. Y es que, en play-off, el equipo estuvo lejos de maravillar como lo hizo en la liga del Grupo VIII de Tercera División que acabó conquistando.

Avisó el técnico del Zamora CF antes de disputarse de la eliminatoria frente al Haro Deportivo que el Grupo VIII no era, bajo su criterio, una de las cinco competiciones más fuertes o con más nivel de la categoría. Y su opinión ha quedado reafirmada durante los "play-off". No solo por la eliminación de su escuadra, campeona de Castilla y León, sino también por la del resto de representantes regionales en una fase de ascenso que llega a su eliminatoria decisiva sin equipos de dicho campeonato.

El Zamora CF campeonó en un Grupo VIII que se puede equiparar ahora mismo con el Grupo III (Cantabria) o el Grupo IX (Andalucía), también sin equipos en liza o ascendidos a estas alturas del play-off, siendo uno de los cuatro campeones de liga que no han llegado con vida o en Segunda División B a la última eliminatoria del play-off junto a Tamaraceite, Real Jaen y Escobedo. Ganar la liga en Castilla y León, por tanto, no hacía de los rojiblancos uno de los favoritos para dejar atrás el ámbito regional este verano.

Más allá de dicha realidad, contrastada tanto frente a Haro Deportivo (Campeón del Grupo XVI) como ante Alcobendas Sport(tercero del potente Grupo VII), también hay que resaltar que el Zamora CF no supo dar continuidad en las eliminatorias directas al excelente nivel que ofreció en la liga regular. Una imagen de equipo sólido y resolutivo que hizo soñar a los aficionados rojiblancos con ver a su equipo en Segunda División B.

Con David Movilla al frente, el Zamora CF ha ganado 24 encuentros, empatado 7 y perdido un duelo en liga, anotando 85 goles y encajando 19. Cifras que sustentan promedios muy diferentes a los del "play-off", escenario en el que los rojiblancos perdieron el 50% de sus partidos y ganaron solo el primero de los cuatro que disputaron, firmando tablas en su adiós.

La media goleadora del Zamora CF de Movilla en liga fue de un tanto a favor cada 34 minutos, aproximadamente; y de una diana en contra cada más de 150 minutos. Promedios de los que estuvo muy distante en "play-off", con dos goles a favor en 360 minutos y uno en contra por cada partido.

El dato, tan gráfico como contundente, encuentra diversas explicaciones más allá de la diferencia de nivel entre los diferentes grupos de Tercera División. La inoportuna lesión de Sergio García al play-off, el golpe psicológico que supuso la derrota en Haro o el bajo rendimiento de algunos hombres en el momento decisivo apuntan a ser varias de las claves.

Otra de las explicaciones fue la falta de adaptación por parte del Zamora CF a una competición diferente a una liga regular. La gestión de los encuentros y de la plantilla por parte de David Movilla no tuvo el éxito deseado salvo por la remontada en el Ruta de la Plata del primer encuentro. Y eso que el técnico vasco no se empecinó en una única idea o un once tipo, utilizando un equipo inicial diferente en cada partido buscando adaptarse a las circunstancias de cada contienda. Una apuesta habitual durante la liga que, en play-off, pudo ser contraproducente.

Fuera por todo ello o por motivos diversos, la realidad es que el Zamora CF vio como su temporada de récord quedó sin el premio esperado. Una experiencia de la que, con seguridad, tomará buena nota David Movilla. El técnico vasco encabezará nuevamente el proyecto deportivo rojiblanco y será el encargado de evitar tropezar de nuevo en la misma piedra, conformando un equipo de nivel superior capaz de rendir en el momento clave para no quedarse tan cerca, o tan lejos, del ascenso.