El español Ezequiel Mosquera (Xacobeo) se convirtió en el primer conquistador de la Bola del Mundo en un duelo mano a mano con el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas), quien mantuvo el maillot rojo y se proclamó virtual vencedor de la Vuelta a España a falta de la última jornada de hoy con final en Madrid.

Mosquera estrenó a los 34 años su palmarés en la Vuelta, un premio de consolación para el ciclista gallego, que consciente de la necesidad de recuperar 50 segundos a Nibali lanzó sus ataque a falta de 5 kilómetros de meta en el que se vació por completo.

Atacó Mosquera cerca del Alto de Navacerrada y trepó en solitario hasta la Bola del Mundo. Nibali aceptó el reto y supo regular su marcha, sin descolgarse, inteligente. Quedaban 3,4 kilómetros de pared, de cemento granulado, de tembleque corporal. Rampas del 20 por ciento. En ese nublado escenario se estaba jugando la Vuelta el italiano, que a base de chepazos «a lo Escartín» aguantó la subida en tiempo de victoria, haciendo valer sus 50 segundos de colchón.

A un kilómetro de meta la renta del gallego era de 16 segundos, pero a partir de ahíel italiano se le echó encima. Se retorcía el italiano mientras se quedaba sin combustible un Mopsquera «al límite, confundido con los desarrollos» como él mismo reconoció.

En una ligera curva se encontró el gallego con la línea de meta. Apenas se veía por la niebla y por el esfuerzo, que también nubla la vista. A su reburfo Nibali, ya virtual vencedor de la Vuelta, ya casi convertido en el sucesor de Marco Giovanetti, último ganador italiano en la ronda española, en 1990.

«Ataqué para ganar la Vuelta, no la etapa. Soñaba con ganar. Para mí es un orgullo ser segundo detrás de un gran campeón como Nibali. Ganar la etapa es un premio impresionante. Lo di todo, pero iba al límite y no podía más», se consoló Mosquera en meta.

El líder del Xacobeo solo sacó un segundo a Nibali en la cima, a 2.247 metros de altitud. Tercero entró «Purito» Rodríguez a 23 segundos, por delante de Frank Schleck, Xavier Tondo y Nicolas Roche. El eslovaco Peter Velits (Columbia) fue octavo y supo defender su tercer puesto en el podio.

La foto en Madrid quedó definida con Nibali en lo más alto. Tenía un podio en el Giro de este año, fue tercero y un séptimo lugar en el Tour 2009. Con el triunfo en la Vuelta ya puede ir pidiendo paso para llamar de tú a Alberto Contador y Andy Schleck.

La segunda plaza será para Ezequiel Mosquera, un ciclista tardío que comenzó a tomarse en serio la bicicleta con 19 años y que debutó en la Vuelta con 31. Y la tercera para el silencioso Peter Velits, el campeón mundial sub'23 en 2007 que se lleva de recuerdo el triunfo en la cronometrada de Peñafiel.

La etapa de ayer, con cuarto puertos y el final en la Bola del Mundo, firmó una media superior a los 36 kilómetros en sus 172 kilómetros de recorrido. Mucho ritmo en una jornada sin tregua.

Una fuga de 18 corredores lanzó la carrera, con diferencias que nunca fueron excesivas. En el segundo ascenso a Navacerrada, cuando ya se estaba cociendo la ofensiva final, murió la escapada. Poco después Frank Sckleck cambió el ritmo a 2 kilómetros del alto y al pie del ascenso a la Bola. El luxemburgués seleccionó el grupo de los elegidos y a continuación tensó Mosquera, que abrió unos metros de ventaja. LLegó a tener quince segundos el gallego, pero no hubo manera de batir al italiano, quien aún fue generoso con su rival en las últimas pedaladas.

La Vuelta llegará hoy a Madrid para tras una docena de vueltas por el centro finalizar la presente edición previsiblemente con un sprint masivo.