Entrevista | Andrés Rodríguez-Pose Catedrático en Geografía Económica

"Madrid absorbe recursos de toda España, pero el beneficio se limita a un radio de 250 kilómetros"

"La autovía y el AVE sirve para conectarte con la capital, pero si tus empresas son relativamente débiles lo que va a pasar es que el mercado es quien va a llegar a ti, no tú a él"

El catedrático Andrés Rodríguez-Pose interviene durante el Foro de Cohesión celebrado en Bruselas. | Comisión Europea

El catedrático Andrés Rodríguez-Pose interviene durante el Foro de Cohesión celebrado en Bruselas. | Comisión Europea / Irene Barahona

"Las grandes ciudades no siempre funcionan". Esta es una de las ideas sobre el desarrollo de las regiones que se desprenden de las investigaciones de Andrés Rodríguez-Pose, catedrático Princesa de Asturias y catedrático en Geografía Económica en la London School of Economics, que desde 2022 preside el Grupo de Alto Nivel sobre el futuro de la Política de Cohesión de la Unión Europea, la mayor política de desarrollo del mundo que ya plantea la que será su nueva etapa a partir de 2027. Rodríguez-Pose es uno de los expertos que trabajan en el diseño de la que será la herramienta para afrontar retos como la transición verde, digital y el envejecimiento de Europa y que contará con un presupuesto igual de imponente al actual: 392.000 millones de euros ha sido la inversión que se ha previsto repartir entre los Veintisiete durante el periodo 2021-2027.

–La comisaria Elisa Ferreira se refirió a la Política de Cohesión como el "antídoto" a las crisis de los territorios, ¿es España es un país cohesionado?

–España no es un país cohesionado, pero tampoco de los menos cohesionados. Lo que hemos visto en toda la Unión Europea en las últimas dos décadas ha sido una polarización interna cada vez mayor de todos los países. En España también hemos vivido la tendencia en la que las regiones que eran ya ricas son aún más ricas, mientras que muchas otras áreas que eran ya menos dinámicas y más pobres también han tenido un problema de dinamismo, con lo cual se ha acentuado la polarización dentro de España.

–¿De dónde nace esa tendencia?.

–El Informe de Cohesión señala tres problemas fundamentales a nivel europeo. Uno es la falta de desarrollo en las regiones más pobres, como Andalucía o Extremadura, o aquellas que han crecido por debajo de la media Europa, como Castilla y León, sobre todo a partir del año 2006. El segundo factor es la falta de dinamismo económico, que en España también va ligado con la falta de dinamismo demográfico y este a su vez a la falta de crecimiento de la renta, del empleo y de la productividad. El tercer factor es la falta de oportunidades. Todos estos factores se retroalimentan. Cuando hay pocas oportunidades el talento se marcha hacia las grandes ciudades y esto mina la capacidad de desarrollo de las regiones más periféricas, que, al fin y al cabo, se hacen cada vez más dependientes.

El gran crecimiento de Alemania se está dando en ciudades medianas e incluso en pueblos

–¿Dependientes de los grandes núcleos urbanos?

–No. Se convierten en dependientes de las transferencias. Porque muchas veces las economías de las regiones no están lo suficientemente integradas como deberían estar.

–¿Esos tres factores se traducen en el fenómeno de España Vaciada?

–La España Vaciada es un fenómeno que ya existía desde hace mucho tiempo. En España tenemos parte de nuestra geografía, sobre todo en Castilla y León, en niveles de densidad de población incluso inferiores a los que se encuentran en el norte de los países escandinavos. Esta despoblación está creando una situación en la que la capacidad de generar dinamismo económico es muy limitada porque hay muy pocas oportunidades. El talento cuando no encuentra oportunidades tiende a migrar. En el peor de los casos se pierde ese talento porque no hay potencial interno que permita que se utilice.

–¿Hay alguna ruta para revertir la despoblación?

–Puede solucionarse mediante inversiones que fomenten la utilización del potencial interno. El problema es que cuando se va perdiendo la gente, se van perdido las capacidades para el desarrollo. Se crea una situación de regiones en crisis demográficas en las que hay un proceso de envejecimiento y un proceso de falta de capacidad de inversión para movilizar capacidades potenciales. Esto genera un círculo vicioso de cada vez menor desarrollo y más dependencia.

El desarrollo en zonas pequeñas requiere una mayor especialización

–¿Hay límites de inversión en caso de que estas regiones sigan sin responder? ¿O se seguirá enviando dinero sin límites?

–Cualquier tipo de inversión se mantiene siempre que haya rendimientos que ayuden a revertir el proceso de declive. Hay muchas voces en el campo de la economía que dicen que donde hay un proceso de declive económico y demográfico hay que dejar de invertir para favorecer a que la gente se mueva a aquellos sitios donde hay más oportunidades. Esto ya se está diciendo en el norte de Reino Unido: "No hay que invertir aquí, hay que invertir en Londres". Hablamos de ciudades como Liverpool de más de un millón de habitantes. Han ido allí a decirles que tras cincuenta años de inversiones no han conseguido nada y que la población tiene que moverse a Londres, donde hay más oportunidades.

–¿Esto es cierto? ¿Es sostenible mantener la inversión en zonas poco productivas?

–Decirle a la gente que vive en zonas que no importan es un mensaje completamente equivocado desde mi punto de vista. Primero porque el coste de la movilidad es un coste alto. Tampoco es seguro que una persona pueda desarrollar su potencial a mayor nivel en Madrid que en Zamora, por ejemplo. No es claro que si todos nos movemos a Madrid, a Madrid le vaya a ir bien, porque en Europa tenemos ejemplos de grandes ciudades que son muy dinámicas, pero también otras que son relativamente poco dinámicas. Lo que hay que hacer es apostar por movilizar el potencial allí donde esté.

En España estamos estancados económicamente desde 2006, casi durante las dos últimas décadas

–Esta teoría que dice que todo el mundo debe ir a los sitios más productivos, ¿es económicamente cierto?

–Esta es la teoría basada en la nueva ciencia económica urbana de Paul Krugman, premio Nobel, que está basada en tres claves que desde mi punto de vista son erróneas. La primera clave es que la movilidad de las personas no tiene ningún coste y que todo el mundo se puede mover. ¿Pero dónde va a vivir cuando se vaya a Madrid o cualquier otro sitio? La segunda premisa errónea es pensar que si nos vamos todos a la gran aglomeración se genera un pastel más grande, crece este pastel, y entonces todos comemos. Lo que sabemos por los análisis es que las grandes ciudades atraen muchos recursos, mucho capital humano y mucha inversión desde mucha distancia. Lo que también sabemos es que después la difusión es mucho menor. En el caso de Europa, nosotros hemos medido en nuestros análisis que la succión de recursos por parte de las grandes aglomeraciones es en torno a 1.000 kilómetros. Es decir, Madrid absorbe recursos de toda España y parte de toda la Península Ibérica. La difusión en Europa se limita a entre 200 y 250 kilómetros. Desde Madrid se llega a Valladolid pero ya no se llega a León y no se llega a Zamora prácticamente.

Sin instituciones que funcionen, se pierde la confianza de los ciudadanos, y sin ellos no hay economía

–¿Cuál es el tercer factor erróneo?

–Decir que cuanto más grande sea la ciudad más se va a crecer, que el tamaño y la densidad es lo más importante. Si esto fuese así serían las ciudades de América Latina o de África las más dinámicas del mundo, pero lo importante no es esto, sino la calidad de los recursos que pones en tus ciudades. En la Unión Europea tenemos cuatro capitales nacionales que han crecido por debajo de la media nacional, por lo que no podemos apostar por algo que no sabemos si va a funcionar siempre, y aunque funcione, no va a transmitirse a todo el territorio. Las grandes ciudades no siempre funcionan.

–¿Las ciudades pequeñas y el mundo rural pueden ser dinámicas?

–En Alemania las dos principales aglomeraciones, el Rin-Ruhr y Berlín, han tenido trayectorias económicas muy inferiores a las del país, el gran crecimiento de Alemania se está dando en ciudades de 100.000, 120.000 y 150.000 habitantes, o en pueblos de 50.000 a 20.000 habitantes y en muchas zonas rurales.

–¿Qué están haciendo?

–Lo primero es que creen en ese crecimiento, ya existe una tradición de inversión en esas zonas. Alemania es un país con una mayor densidad de población, pero también tienen un capital humano que ha apostado por esas zonas, al igual que los inversores y las instituciones, tanto en el gobierno nacional como regional. La población está votando con los pies, es decir, yo me puedo ir a formar, pero después yo trabajo donde tengo oportunidades.

Castilla y León, región de España con menor confianza de los ciudadanos en las instituciones, según el Informe de Cohesión de la UE. | Comisión Europea

Castilla y León, región de España con menor confianza de los ciudadanos en las instituciones, según el Informe de Cohesión de la UE. | Comisión Europea / Irene Barahona

–Ha mencionado las instituciones, ¿esto es fundamental a la hora del desarrollo del territorio?

–La calidad de las instituciones se refleja en sistemas que sean transparentes, que generen confianza, participación y la idea de que estamos todos en el mismo barco. El análisis del Informe de Cohesión sobre la confianza de los ciudadanos en las instituciones señala que España está en torno a la media europea. Castilla y León ha salido particularmente mal parada esta vez, es donde los ciudadanos dicen confiar menos en las instituciones, según la encuesta. En España, aunque tenemos un sistema institucional que funciona bastante bien, ha habido un proceso de deterioro desde 2009. Hay que mejorarlo, esto es algo que se gana todos los días y que puede transformar un país. En Estonia han transformado sus instituciones y esta mejora de la eficacia institucional ha hecho que sea uno de los países más dinámicos. Si no hay instituciones que funcionen, se pierde la confianza de los ciudadanos y sin ellos no hay actividad económica.

En las regiones con crisis demográficas y poca capacidad de inversión se genera un círculo vicioso de cada vez menor desarrollo y mayor dependencia

–La transición verde es una oportunidad para corregir las desigualdades, ¿hay riesgos en el caso de no subirse a este nuevo tren?

–La transición verde es una gran inversión de capital y hacerla es absolutamente necesario. Tenemos un problema muy serio de cambio climático que va a afectar a muchas zonas del mundo y gran parte de España. Para atajarlo se va a invertir mucho, pero cuando miramos dónde van a estar los beneficios y los costes a corto plazo de la transición verde vemos que habrá un desequilibrio territorial brutal.

–¿Unos territorios saldrán más beneficiados que otros?

–El 75% de las regiones europeas no produce una patente verde, tres de cada cuatro, incluidas la mayoría de las españolas, por lo que la investigación no se realiza en regiones, se concentra sobre todo en zonas como París, Turín, Lyon, Grenoble, los Países Bajos y algunas zonas del sur de Alemania. Los costes de la transición verde ya se ven en los parques eólicos y solares que vemos por todas partes. ¿Cuál es la mano de obra que se necesita para mantener un parque eólico o solar? ¿Dónde se van a producir los componentes? ¿Qué conflictos de usos de la tierra habrá? Esto es lo que hay que resolver para que en aquellas zonas donde, tal y como está diseñada hoy la transición ecológica vaya a ser un coste, se transforme en una oportunidad de generar nuevos empleos. En el mundo rural se les ha dicho que el futuro es el desarrollo turístico y es difícil decirles que ahora todo su horizonte va a convertirse un parque eólico tras décadas de inversión en turismo.

Cuando miramos dónde van a estar los beneficios y los costes a corto plazo de la transición verde, vemos que habrá un desequilibrio territorial brutal

–¿Hay grandes riesgos de que se produzcan mayores desigualdades?

La transición ecológica es una gran oportunidad. El problema es que es una oportunidad a largo plazo, por lo que habrá costes a medio y corto plazo. Si no tenemos más cohesión cuando estemos implementando la transición verde, al final no tendremos la transición verde.

–En la España Vaciada se habla mucho de fiscalización diferenciada para territorios despoblados, ¿hay algún precedente de que esto sea efectivo?

–Se pone demasiado énfasis en la fiscalización. En Europa hay diferencias fiscales entre territorios, pero es un impacto muy pequeño sobre la inversión, sobre el crecimiento, sobre el dinamismo económico. Las empresas no se van a Irlanda porque tenga una fiscalización menor. Se van y se han ido antes del cambio del régimen fiscal porque tiene las condiciones adecuadas. Irlanda era un país que cuando España y Portugal entraron en la Unión Europea estaba por debajo de la renta de España y ligeramente por encima de Portugal, hoy en día es el segundo país más rico del mundo. En España estamos estancados desde 2006, durante las últimas dos décadas prácticamente. No estoy hablando ahora de un periodo corto, porque ahora estamos creciendo y esperemos que sea la base para un crecimiento más sostenible, pero estamos muy por debajo del nivel de renta que teníamos en 2006.

–Otra cuestión que se reclama mucho son las autovías y los trenes, ¿son la clave para el desarrollo?

–La autovía sirve para conectarte con Madrid, pero ¿qué es lo que vas a llevar a ese mercado? Si tus empresas están poco protegidas o son relativamente débiles lo que va a pasar es que el mercado es quien va a llegar a ti, no tú a él. Una empresa con base en Madrid va a poder distribuir y va incluso a minar la capacidad de las empresas locales. Después tienes el otro uso, que es que esta conexión te permite llegar a ver a tus hijos que están en Madrid en mayor medida que gente de Madrid que salga a trabajar fuera.

–O sea, estas conexiones tienen el efecto opuesto al deseado.

–Una autovía o un tren tiene siempre dos sentidos. O tú vas al mercado o el mercado viene a ti, y si tú eres más débil, gana el polo más fuerte. Es mejor tener conectividad, pero si tienes una mesa que se sostiene en una única pata que es la de la infraestructura, esa mesa se va a hundir. Para el desarrollo necesitas las cuatro patas, una infraestructura adecuada pero también el capital humano, las empresas competitivas e innovadoras y las instituciones fuertes. Si dices que lo que necesitas es un AVE que te conecte con Madrid, lo primero de todo es que ninguno de los AVE en España es rentable. Ni a corto ni medio plazo. Pero si tú tienes un AVE para llegar Madrid ¿para qué va a servir? Pues para ir a Madrid, no que Madrid venga a ti.

–¿Hay alguna solución para revitalizar estas zonas?

–Hay que buscar las alternativas de cómo se puede hacer para que tu región o tu ciudad sea más atractiva para los inversores, cómo se pueden crear las bases de una estrategia de desarrollo que esté basada en cuatro patas fundamentales. En muchos casos, en zonas pequeñas requiere una mayor especialización en sectores en los que se pueda ser líder, no necesariamente a nivel mundial, pero sí que puedas participar en la cadena productiva. Si no se apuesta y se cree en el territorio, no solo a nivel nacional o a nivel europeo, sino local, si no son los propios zamoranos quienes creen, Zamora no tiene futuro.

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