Entrevista | Antonio Tejedor García Maestro jubilado y escritor

«El Quijote es la historia más grande jamás contada sobre una amistad»

«La obra transmite valores de lealtad, respeto, libertad y hasta una exaltación del feminismo; es auténticamente revolucionaria»

"Sancho Panza empieza siendo analfabeto y acaba siendo un cervantista, el filósofo de la sensatez"

El libro "Yo escribí el Quijote de Avellaneda" se presenta mañana, jueves 22 de febrero, a las 19.00 horas, en el Museo Etnográfico de Zamora

Antonio Tejedor García, escritor de Fuentespreadas

Antonio Tejedor García, escritor de Fuentespreadas / ANA BURRIEZA

«Leo El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha como un canto a la convivencia entre diferentes, entre personas que viven en distintos mundos por su cultura, clase social o religión. ¿Dónde se había visto –ni aún hoy en día– que un noble y un villano, tan distantes, con objetivos tan contrarios, con formas de ser y modos de vida en las antípodas hagan camino juntos, sean capaces de convivir, de hablarse de tú a tú, con respeto sin imposiciones, se escuchen, se contagien las ideas, traten de convencerse por medio de la palabra y no de la espada y, al cabo, acaben llorándose fraternalmente».

Por encima de todo, ese «canto a la amistad» entre Don Quijote y Sancho es, para Antonio Tejedor, lo verdaderamente fascinante del libro «más editado, leído y estudiado de toda la historia» (después de la Biblia). «Yo escribí El Quijote de Avellaneda» es el último libro de este maestro jubilado, natural de Fuentespredas, con ilustraciones de Violeta Alonso Torralbo. No es, ni lo pretende, un estudio científico sino una invitación a descubrir o volver a una obra universal por la que siente veneración. Presentado por el periodista Luis Miguel de Dios, el libro se presenta mañana, jueves 22 de febrero, a las 19.00 horas, en el Museo Etnográfico de Zamora.

–El Quijote, un libro con mil lecturas, con infinitos descubrimientos y, sostiene, donde nada es lo que parece, empezando por la locura del caballero ¿por qué?

–Vaya por delante que sobre El Quijote yo tengo mi teoría, no la certeza. El personaje es un loco que no está loco. Cervantes utiliza la locura como pantalla, como máscara para poder hacer una crítica social, política y religiosa. Y entonces el loco no es loco, el Quijote es un hombre sabio, ecuánime e inteligente. Lo de caballero loco es un tópico, por eso hay que rascar en la obra y en el personaje, al igual que en Sancho. Un punto de partida que hay que tener en cuenta es que ni uno ni otro aceptan su destino.

Cervantes utiliza la locura como pantalla, como máscara para poder hacer una crítica social, política y religiosa

–¿Por qué defiende tanto esta obra universal de Cervantes?

–Primero porque tiene la capacidad de que todo el mundo que la lea puede sacar su lectura personal, incluso aunque lo haga varias veces. Yo he leído El Quijote quince o veinte veces y siempre encuentro algún detalle importante que no había descubierto antes. Así como muchas novelas no te aguantan dos lecturas, para mí El Quijote es completamente fascinante, no me canso de volver una y otra vez a él.

–Su libro de cabecera.

–Absolutamente. Lo tengo encima de la mesa y cada día, cuando se me ocurre, leo un capítulo y siempre descubro algo. A parte de los valores que transmite, de lealtad, respeto, libertad, dignidad humana. Hasta el feminismo está presente hace 400 años a través del personaje de la pastora Marcela, una voz valiente que defiende la libertad para elegir a su marido. Eso en aquella época era una utopía. . Estaba reivindicando casarse con la persona que ella quiere y no con la que le imponen sus padres. Decir eso hace 400 años no era nada fácil.

–¿Si tuviera que resumir lo que le transmite El Quijote en una frase?

–Diría que es la historia más grande jamás contada en torno a una amistad.

–Sancho y Quijote, dos personajes muy dispares, como describe: «el hombre común que se las ve con el héroe»

–Claro. Es que muy sencillo establecer una amistad con alguien que es como tú. Pero cuando estás hablando de un noble y un labrador, un hombre súper culto y un analfabeto. La verdadera proeza para mí es cómo esos dos hombres sin nada en común acaban hermanados. Me parece un signo de modernidad total que vayan caminando juntos, no uno detrás de otro sino a la misma altura, porque cuando hablan los dos van a la par, el amo no está por delante. Esa igualdad, ese trato de tú a tú siendo tan dispares es auténticamente revolucionario para la época. Hablamos del siglo XVII.

La amistad, la libertad y la dignidad son valores que en aquella época suponían una revolución

–¿Qué le fascina de Sancho Panza?

–La capacidad de asimilación y de evolución que tiene una persona al lado de otra persona que sabe más. Sancho Panza empieza siendo analfabeto y acaba siendo un cervantista, el filósofo de la sensatez.

–También tuvieron sus más y sus menos, aventuras donde no reinaba precisamente la concordia, andanzas en las que no salen bien parados ni entre ellos.

–Desde luego, pero al final terminan hermanados y siendo íntimos amigos. Es la lectura más importante que saco de El Quijote. La amistad, la libertad y la dignidad son valores que en aquella época suponían una revolución.

–Miguel de Cervantes fue un visionario.

–Completamente, cuando hablo con muchos cervantistas, algunos me dicen que no es para tanto, pero para mi es fundamental. La Revolución Francesa se produce doscientos años después y nadie hablaba de libertad en el sentido que lo hacía Cervantes. Por ejemplo, la aventura de los galeotes es una crítica al rey de arriba abajo, está diciéndole que no tiene razón. Ala vez está criticando a los jueces, a toda la sociedad de arriba abajo. En ese sentido, a mi me parece incluso un libertario.

–¿Puede ser esa la clave de la universalidad de la obra; es El Quijote una obra viva?

–Tengo la experiencia de hace unos días, cuando presenté el libro en Zaragoza, donde vivo, y llegué a la sala pensando que iban a estar los de siempre. Pues para mi sorpresa hay mucha más afluencia en la sala y bastantes personas desconocidas para mi. Eran aficionados a la historia del Quijote, había gente de un club de lectura solo dedicado a El Quijote. Me quedé sorprendidísimo.

Resumo en una frase que decía Rafael Chirbes: Después del Quijote, quién se atreve a escribir

–Y no hablemos de su proyección en el mundo como una obra de culto y referencia literaria para escritores de primera línea.

–Lo resumo en una frase que decía Rafael Chirbes: Después del Quijote, quién se atreve a escribir. O un crítico inglés que decía que después de El Quijote todo es copia. Por que fue Miguel de Cervantes el que inventó la novela, el que nos enseñó a novelar, a escribir, a hacer los diálogos.

–¿Se puede leer un capítulo al azar, cómo se afronta su lectura?

–Para quien no lo haya leído nunca o solo tuvo contacto cuando era joven y se lo obligaban en la escuela, creo que lo más conveniente es capítulo a capítulo y sin ninguna prisa. Porque aunque lógicamente esta todo perfectamente relacionado no es imprescindible tener que saber de dónde viene la historia, vale con centrarse en ese capítulo. Cada uno por sí mismo tiene entidad y no te cansa. Yo la verdad es que he disfrutado mucho.

Hay muchas referencias a Zamora en El Quijote; la gaita zamorana Bellido Dolfos y los sucesos del Cerco de Zamora o Sayago

–Dedica un capitulo específico a Zamora en El Quijote.

–Hay tantas referencias a la provincia de Zamora y a sus gentes que yo mismo me sorprendí. Menciona la gaita zamorana en el capítulo de las bodas de Camacho, habla de Bellido Dolfos y los sucesos acaecidos alrededor del Cerco de Zamora con el Cid. Referencias también a Sayago y el sayagués.

–¿Estaría relacionado con la teoría, muy cuestionada, sobre el origen sanabrés de Cervantes?

–Respeto esa teoría pero no me cuadra, entre otras cosas porque los partes de bautismo de Cervantes y de sus hermanos están todos en la misma iglesia de Alcalá de Henares. Además Cervantes no dice que nació allí, sino que su linaje procedía de los Montes de León.

–Sin embargo, apunta que Cervantes pudo estar en Zamora.

–Porque Francisco de Valencia, que tenía su residencia en el palacio de los Ciento, estuvo cautivo en Argel con Cervantes y cultivaron una amistad. Teniendo en cuenta que don Miguel vivió en Valladolid, no tiene nada de extraño que visitara Zamora.

–¿Eso explica las referencias a Zamora en El Quijote?

–Yo sí lo relaciono. Parto de la posibilidad de que haya estado en la ciudad porque sino, a cuento de qué existen tantas referencias a Zamora en la obra cervantina. Lo cierto es que Cervantes no se cebó con nosotros ni nos dejó en menos.

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