Entrevista | José Barrueso Franco Ponente en las V Jornadas del Lobo Ibérico en Zamora

«La Culebra alberga los ciervos más grandes de España, y es en parte gracias al lobo»

"Los cánidos regulan la población de ungulados y la expansión de enfermedades que estos pueden transmitir a una vaca o a una oveja de la sierra"

El naturalista José Barrueso Franco. | J. N.

El naturalista José Barrueso Franco. | J. N.

El naturalista José Barrueso Franco se citará hoy a las 20.00 horas en La Alhóndiga como parte de las V Jornadas del Lobo Ibérico, cuya tercera ponencia corre a cargo de este divulgador, autor del libro "Observaciones de campo del lobo ibérico 2.0", quien tratará de desvelar a los asistentes los detalles de la vida cotidiana de estos animales "mitificados" en el tiempo.

¿Qué vamos a poder encontrar en su conferencia?

–Cómo vive un lobo en su día a día normal. Porque para mucha gente es un misterio qué hace el lobo. Es como un mito casi, es un animal que está muy idealizado.

¿Cómo cree que se percibe a este animal por lo general?

–Está muy mitificado, por un lado, por otro lado, es el demonio. La gente está en dos extremos. Entonces, casi siempre cuando hablas del lobo, pues hablas de lo que habla todo el mundo. Ataques, problemática, problemas con ganadería, problemas con cazadores... Pero en realidad, el lobo es un animal como otro cualquiera. Con sus cosas buenas, con sus cosas malas, con sus funciones y con su importancia absoluta en el medio ambiente. La idea es acercar a la gente a algo que es, yo creo, bastante desconocido.

¿Cómo es el día a día de un lobo de Zamora?

–La vida cotidiana del lobo no empieza como nosotros cuando nos levantamos por la mañana. El lobo, su vida cotidiana, empieza al anochecer. O a media tarde. Con el lobo siempre son probabilidades. Yo voy a hablar de zona Sierra de la Culebra y zona Sanabresa, no es lo mismo su comportamiento allí que el de un lobo en Tierra de Campos. Es muy parecido, pero no es igual. Depende de la orografía y de donde hay comida, por lo que se comporta de otra manera.

Su conocimiento procede en gran parte de que ha pasado años observando a los lobos en estas comarcas

–En invierno están más activos. En verano, digamos que gran parte del día están un poquito más tranquilos. El calor les afecta. Pero no podemos decir que el lobo solamente se mueva al anochecer o al amanecer. Lo que pasa es que hay muchas probabilidades. En verano, por ejemplo, al hacer mucho calor, pues está más tiempo echado.

En una observación vimos tres lobos cazando, pero ya no estaba el lobo viejo, era otro lobo el que estaba haciendo la función que tenía que hacer él. Nos quedamos muy impactados

–Ha recogido todas sus experiencias en un libro en el que narras tus encuentros.

–Recojo noventa y seis observaciones de campo, entre todas voy juntando qué es lo que hacen. Cómo se mueven, qué hacen por la mañana, por la tarde, qué pasa cuando llega un adulto, cómo juegan los cachorros, a qué juegan los cachorros. O qué hace un lobo viejo.

¿Qué hace un lobo viejo?

–Un lobo en estado natural de siete u ocho años ya es un lobo muy viejo. Lo normal es que no lleguen a esa edad. Yo he llegado a ver lobos de 10 y 12 años en estado salvaje.

¿Te asombró esa experiencia?

–Estuvimos viendo un grupo de lobos durante unos cuantos años y el macho reproductor siempre era el mismo. Era un lobo que le habíamos puesto un nombre porque además tenía unas características físicas muy claras y enseguida se veía. Y de repente un año lo dejamos de ver. Desapareció. En una observación vimos tres lobos cazando, pero ya no estaba el lobo viejo, era otro lobo el que estaba haciendo la función que tenía que hacer él. Nos quedamos muy impactados. Es decir, un lobo viejo puede desaparecer. Mueren directamente.

–¿Siempre es así?

–También hay veces que un lobo viejo se va de su grupo familiar y se junta con un lobo joven, que caza, mientras él le enseña. Y luego hay otros que se quedan en el lugar familiar pero hacen otra función. Hacen de abuelos. Es decir, enseñan a los cachorros o se quedan de cuidadores.

El comportamiento del lobo cambia con el paso de las estaciones

–Hay un ciclo diario y anual. En la conferencia empiezo a explicar el comportamiento del lobo a partir de agosto, cuando los cachorros tienen un par de meses, y lo que ocurre hasta junio del año siguiente. Que es cuando la hembra va a volver a parir.

Si hoy viéramos un lobo en la Culebra, ¿qué podría estar haciendo?

–Si es por la noche, cazar. También puede moverse, no tiene por qué cazar toda la noche. En agosto sí que tienen que buscar más comida porque tienen que alimentar a los cachorros. Entonces, evidentemente, es un poco más complicado porque tiene que moverse más.

Los lobos son como las personas. Cada uno tiene su personalidad, sus características y cada uno es de una manera

¿Es independiente que sea lobo o loba?

–Los machos también buscan comida para los cachorros, todos los miembros del grupo familiar lo hacen.

¿A lo largo de este ciclo anual también hay cambios en el grupo familiar?

–En realidad, es algo muy cambiante, cada año es diferente. Los que están siempre son el macho y la hembra reproductores, son los que están en el territorio y luego a partir de ahí, los cachorros del año, que estarán todo ese año con ellos, desde que nacen, sobre mayo o principios de junio, a todo el siguiente verano. Y ahí puede suceder que esos cachorros se queden en el grupo familiar o se vayan otro poco de tiempo. Suele haber algún cachorro del año anterior que no se haya ido.

¿Y hay alguna causa concreta por la cual unos se van y otros se quedan?

–A partir de los dos años son lobos adultos, cuando empiezan a buscar su propio territorio. También puede venir algún lobo, a veces es recomendable, porque trae genes nuevos. Hay lobos que se van a un grupo familiar diferente al suyo y se quedan con ellos hasta que se mueran. O que se quedan en su grupo familiar, depende.

Todo ciervo que esté tocado, enfermo, que le pase algo, el lobo va a ir a por él, porque así gastan menos energía y para un lobo la energía es básica. Es su vida. Esto lo que ha ido haciendo es que los ciervos cada vez, genéticamente, sean mejores

¿No hay una regla?

–No, porque los lobos son como las personas. Cada uno tiene su personalidad, sus características y cada uno es de una manera. Eso se ve mucho en los cachorros. Cuando seguimos a un grupo familiar que haya cuatro, cinco, seis cachorros, se comportan de maneras diferentes. Si no los distingues por el color, por ejemplo, los distingues por su actitud. Siempre está el más torpe, el que va a su bola. El que siempre le gusta ser el dominante. El que siempre le gusta dejarse perseguir o dejarse dominar.

¿Qué hace que cacen en grupo?

–Depende sobre todo de la época del año. Si estamos en época en la que los cachorros son pequeños, durante el verano, cazarán casi siempre en grupo porque necesitan más comida para todos. Se caza mejor un ciervo siendo cuatro. Con dos también pueden cazar un ciervo, pero no es lo normal. Y en otras épocas del año, cuando se separan los lobos, cuando el grupo de familia está más separado, que no tienen que ir a un punto concreto a dar de comer a los cachorros, pues pueden cazar perfectamente de forma individual, pero nunca un bicho grande.

–Los ciervos de la Culebra no son pequeños.

–Estamos hablando de los ciervos en estado salvaje más grandes de España. Y en parte es gracias al lobo. Porque el lobo ejerce una labor, un control sanitario. Todo ciervo que esté tocado, enfermo, que le pase algo, el lobo va a ir a por él, porque así gastan menos energía y para un lobo la energía es básica. Es su vida. Esto lo que ha ido haciendo es que los ciervos cada vez, genéticamente, sean mejores. Más grandes, más fuertes, más potentes. Regula la población de ungulados y así la cantidad de pasto disponible. También las enfermedades, porque ciervo que tenga alguna enfermedad que puede transmitir a una vaca o a una oveja, el lobo lo va a eliminar. Entonces, lo que estamos hablando es que también ejerce como un control a la hora de evitar la expansión de determinadas enfermedades por la sierra

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