Nadie podía imaginar que la primavera de 2023, extremadamente seca, iba a regalar la ansiada estampa de la Laguna de El Pego llena de agua.
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Han tenido que pasar 16 años para contemplar de nuevo el humedal de La Guareña rebosante, como todo el mundo lo quiere ver. "Estamos de fiesta en El Pego porque se nos ha llenado la Laguna" expresa Juan Carlos García, representante de la Junta de Propietarios del Pinar, donde se asienta el icónico espacio lacustre.
Las abundantes lluvias de la última semana, con especial intensidad en la comarca de La Guareña, han hecho posible la recarga de la Laguna hasta niveles insospechados. La última vez que se vio así, incluso con un nivel más bajo, fue en el año 2007.
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El espacio de aproximadamente 5 hectáreas de extensión y 1,5 metros en su zona más profunda, ha recogido las aguas de arroyos y pequeños regatos, que han vuelto a correr tras la descarga de unos 70 litros por metro cuadrado a lo largo de la última semana de tormentas. "Esto es un espectáculo, ojalá se quedara así" apunta Juan Carlos García ante la contemplación de la lámina de agua circundada por un frondoso bosque de ribera.
Lo previsible es que, en cuanto empiecen las temperaturas típicas del verano, el agua se evapore y la Laguna vuelva a convertirse en un secarral confundido con la abundante vegetación que la rodea.
Mientras tanto, los vecinos de El Pego y los pueblos del entorno, disfrutan de este espacio natural enclavado en el Pinar, un pulmón natural de 178 hectáreas de pinos, encinas y bosque de ribera, situado en la frontera entre las comarcas del Vino y La Guareña.
Desde que se corrió la noticia de que el agua había vuelto a dar sentido a la Laguna, son frecuentes las visitas y la evocación del esplendor de este humedal, en su momento de esplendor colonizado por aves acuáticas, incluso había una caseta de observación, hoy sin uso.
La recarga de la Laguna trae a la mente un proyecto ambicioso pero que nunca llegó a ver la luz como es la recuperación ambiental de este pequeño oasis natural con la restauración hidrológica del espacio lacustre que se nutre de agua subterránea.
El mayor logro fue un sendero interpretativo, hoy perdido por la maleza. Sin embargo, el Pinar sigue siendo un lugar de culto para los vecinos de El Pego que, con la ayuda del Ayuntamiento, han trabajado para adecuar la zona más accesible donde también se puede contemplar uno de los árboles singulares de la provincia de Zamora. Un majestuoso y centenario Pino Merendero, ejemplar único en la comarca con cuatro metros de perímetro en el tronco y 15 metros de altura.
Estos días se han visto patos volando, corzos y algún jabalí entre los pinares que pueblan este monte de 178 hectáreas, repartido entre más de trescientos propietarios
El objetivo de la Junta de Propietarios es hacer del Pinar un espacio atractivo para el esparcimiento, senderismo y otras actividades al aire libre, para lo cual se demanda el apoyo de las administraciones. La recarga de la Laguna es una excusa perfecta para visitar este pequeño oasis, a media hora escasa de Zamora.