Fallece en Flores la conocida empresaria alistana Paulina Gallego Flechoso

Paulina Gallego Flechoso con su premio eWoman Zamora 2022 “Mujer rural”. | Ana R. Burrieza

Paulina Gallego Flechoso con su premio eWoman Zamora 2022 “Mujer rural”. | Ana R. Burrieza / B. E.

Ch. S.

Paulina Gallego Flechoso ha fallecido el domingo a los 65 años de edad. Consternación y dolor entre los vecinos de Flores y de sus pueblos limítrofes como Valer de Aliste, Gallegos del Río, Fradellos, Rabanales, Tolilla y Lober, donde era una persona muy conocida y apreciada.

La misa de funeral por su eterno descanso tendrá lugar el lunes, a las 11.30 horas, en la iglesia parroquial de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción de Flores en cuyo camposanto recibirá cristiana sepultura. La capilla ardiente está en el tanatorio municipal de la localidad de Gallegos del Río.

Historia de Aliste

Paulina Gallego Flechoso formaba una de las familias alistanas mas ejemplares y queridas de Flores junto a su marido Tomás Sutil Gallego y sus hijos Pablo y Eugenio, este casado con Mirian Moral Matellán (cocinera del restaurante Matellán) de Rabanales: su nieto Oliver era la gran debilidad de la ya añorada Paulina. 

Paulina Gallego Flechoso nació el día 25 de octubre de 1957 en Flores de Aliste, localidad perteneciente a Gallegos del Río, donde vivió prácticamente toda su vida. Por parte paterna descendía del colindante pueblo de Valer de Aliste de donde era originario su abuelo Mariano Gallego Gallego el cual se caso para Flores, con María, y allí nacía ya su padre Valentín. Tiene una hermana que esta casada en Abejera de Tábara.

Como la mayoría los niños y niñas alistanas nacidos en los años sesenta y setenta del pasado siglo XX, en plena posguerra, vivió una infancia marcada por la felicidad y la tranquilidad de vivir en su caso, en uno de los pueblos más bonitos de Aliste y de muy acogedoras gentes, compartiendo las tareas en la escuela situada a las afueras del casco urbano con el apoyo a la familia en los trabajos propios de la casa como ir a cuidar las vacas a los prados.

Ella fue la primera mujer de Flores en subirse a un tractor y “hasta hoy la única” reconocía a finales de año.

La muerte prematura de su padre le dejaba huérfana con 26 años y dando un paso al frente se hacía cargo de la explotación familiar. Ella fue la primera mujer de Flores en subirse a un tractor y “hasta hoy la única” reconocía a finales de año. Una mujer ejemplar que ha hecho todas las tareas agrarias y ganaderas sin temblarle el pulso.

Llegó el amor y contrajo matrimonio con Tomás Sutil Gallego, pero al poco tiempo de casarse su marido tuvo que coger las maletas y emigrar a Alemania, repartiendo sus vacaciones para hacerlas coincidir con la Navidad y con agosto: fiestas patronales de la Virgen de la Asunción en Flores de Aliste.

Fue Paulina, pues, quien a lo largo de los 365 días del año asumía las labores agroganaderas desde hacer la sementera para sembrar el trigo, el centeno y la cebada en el otoño, como cultivar el pepinillo y las guindillas u ordeñar la docena de vacas de la familia. En temporada de setas aún le queda tiempo para irse a trabajar a la planta de “Gabemar” en Fradellos.

Todo ello siempre con prioridad para criar y dar mejor educación a sus hijos Eugenio y Pablo, siempre con la valiosa ayuda de su madre.

Plantó cara al éxodo rural

Con un espíritu emprendedor no es extraño que le saliera su vena de empresaria. Se sentía orgullosa: “Senté a mi marido para echar cuentas de cuanto ganaba en Alemania, cuanto nos sobraba y cuando podíamos invertir”. Dicho y hecho, así nacía la ganadería “Sutil Gallego” cumpliendo su sueño de montar un cebadero. Ella, junto a sus hijos, se encargaron de poner los cimientos de la primera nave y no en sentido figurado sino en sentido literal, pues con sus manos echaron las “Lizaces” de piedras y hormigón.

Fue en 1999 cuando la familia Sutil Gallego abría en cebadero integrado en la cooperativa Cobadú, que luego daría paso a un segundo y a un tercero, hasta conseguir cebar 4.000 cerdos, con la idea de abrir una cuarta para 2.000 cabezas más. “Si yo vivo, mis hijos no se pueden echar para atrás, tiene que hacerla”sentenciaba el pasado otoño. Seguro, Eugenio y Pablo cumplirán el deseo de su matriarca.

El pasado año Paulina Gallego Flechoso recibía el Premio eWoman 2022 “Mujer Rural” un reconocimiento, sin lugar a dudas merecido, que reconoce la labor de una alistana que, mientras otras muchas se veían obligadas a emigrar, ella planto cara al éxodo rural y dermostró que en Aliste se puede vivir de la ganadería.

En la memoria y en el corazón de Aliste y de Flores, de los alistanos y alistanas, pervivirá para siempre como ejemplo a seguir la obra y estela de una alistana de pura sangre, noble y sencilla, que siempre tuvo tiempo para ayudar a quien lo necesitaba: Paulina Gallego Flechoso.